Es a todas luces irresponsable la aventura a la que está queriendo llevar el alcalde Astiazarán a las y los trabajadores del municipio con su propuesta del “Sistema Integral de Seguridad Social”. Tal iniciativa, aparentemente atractiva, no es otra cosa que sacarle al bulto y patear el bote para que quienes vengan después, y sobre todo las y los trabajadores, terminen pagando las consecuencias. Evidencia de lo que afirmamos hay mucha.
Sólo por mencionar alguna, ahí está la de los empleados del CIAD, un Centro de Investigación del Conacyt, donde hace poco más de 30 años se tomó una decisión similar, por parte de sus directores, dejándose de pagar las cuotas a un organismo público de seguridad social y conformando en su lugar, con ese recurso, un fideicomiso propio del cual se financiaban los servicios médicos tipo privados; pero ahora que buena parte del personal ha llegado a la edad de jubilación; el fideicomiso está desfondado y simplemente no hay dinero para cubrir una pensión. Apenas alcanza para que, a su retiro, reciban la mitad del sueldo base.
Al final, aquel esquema que sonaba tan prometedor terminó por agotarse, como pasa con todos los fondos, fideicomisos, programas, sistemas integrales, o como se les quiera bautizar, pues son recursos limitados y no pueden proyectarse con una visión de mediano o largo plazo. Los empleados del CIAD terminaron por afiliarse al IMSS hace apenas un par de años, como si fueran empleados nuevos, siendo que muchos rebasan los sesenta años de edad.
No. Así no, Toño. No se vale vender engaños. No se puede permitir este atraco disfrazado de mejores servicios de salud privados. Lo bueno es que ya hay evidencia de que no funciona.
