Una historia de terror para jóvenes y adultos. FOBAPROA
¿Qué fue lo que pasó?
Hubo un cambio de gobierno, terminó su mandato Carlos Salinas de Gortari y entró Ernesto Zedillo Ponce de León (1994). Se desató una crisis económica, financiera en la transición. Se echan la culpa Salinas, Zedillo.
El caso es que se produjo una crisis y optaron por rescatar a los bancos y a las grandes empresas, esa fue la decisión que tomó Zedillo, convirtió las deudas privadas en deuda pública, las deudas de los bancos que supuestamente estaban quebrados con carteras vencidas porque la gente no podía pagar, y empresas que tampoco podían pagar.
Toda esa deuda pasó a formar parte de la deuda pública, con la justificación de que al rescatar a los de arriba se iba a rescatar a los de abajo, la misma concepción neoliberal o neoporfirista o esa gran mentira de que, si llueve fuerte, arriba gotea abajo, como si la riqueza fuese permeable o contagiosa.
Todo esto se hizo en complicidad con el PAN, que en ese entonces era supuestamente oposición. Tuvimos un debate sobre el tema en el programa de Gutiérrez Vivó con Calderón —él era presidente del PAN, yo era presidente del PRD— sobre este tema.
Y ellos fingían, porque son muy hipócritas, de que no iban a aprobar el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), entonces, en el debate le digo: Mira, ya no le demos vuelta, ¿van a aprobar el FOBAPROA? Sí o no. Y me dice el muy cínico: ‘No’, y al mes lo estaban aprobando junto con el PRI, un 12 de diciembre de 1998. Entonces, a partir de ahí pues se empieza a pagar una enorme deuda.
Zedillo, que está considerado como una eminencia en economía por los opositores, calculó y lo dio a conocer en su informe de que el rescate del FOBAPROA iba a significar, nos iba a costar 125 mil millones de pesos, y nos ha costado tres billones; o sea, se equivocó por muy poquito, casi le atina, pero sigue siendo un gran economista y sigue contando con el reconocimiento de muchos de los adversarios.
Eso es lo que sucedió. Todavía hay una deuda como de un billón de pesos, cada año hay que estar pagando intereses de esa enorme deuda. Y sí va a llevar tiempo todavía, pero ya toda esa deuda entró al mercado financiero, son bonos, ya nos generaría pues un conflicto mayor el querer no reconocerla como deuda, nos afectaría más como país si la declaramos impagable, eso lo analizamos desde el principio.
Sí fue un grave error y en política los errores son como crímenes, pero también nos dejó la enseñanza de no volver a esos esquemas, que además son completamente injustos, porque si a un pequeño comerciante, a un pequeño empresario, a una familia de clase media, a un obrero, le va mal, ya sea porque una familia humilde se enferma alguien y no tienen para pagar su atención médica, pues ¿quién lo rescata? Si a un tendero le va mal, un abarrotero, ¿quién lo rescata? ¿Por qué rescatar solo a los de arriba?
Se rescataron los bancos y una vez que se limpiaron se vendieron a extranjeros. Y no quedó ningún banco, uno creo, todos pasaron a manos de extranjeros.
Entonces, es la no repetición lo mejor, que nunca más vuelvan estas aberraciones, estos absurdos, estas grandes injusticias, porque eso es el neoliberalismo, eso es lo que nosotros llamamos neoporfirismo.
¿Saben quién hizo eso en su momento?
Porfirio Díaz con los ferrocarriles. Porque en sus 34 años se comunicó el país con ferrocarriles, más de 20 mil kilómetros de líneas férreas, se comunicó todo el país, y de repente las empresas extranjeras ferrocarrileras, que ya habían recibido además subvenciones, porque si construían un kilómetro de vías de ferrocarril el gobierno federal les entregaba una cantidad por kilómetros, se quedan con las concesiones y luego se declaran en quiebra, y el gobierno los rescata a todas estas empresas y a los accionistas, con dinero público, con deuda.
Esto lo hace Limantour, que era el ministro de Hacienda, y participa el hermano de Limantour, que se entera de que el gobierno va a rescatar a las empresas ferrocarrileras extranjeras, y como los bonos de estas empresas no valían y él tenía información privilegiada, empieza a comprar bonos a bajo precio, y una vez que se rescatan las acciones pues hace un jugoso negocio. Esto está escrito.
O sea, el modelo del FOBAPROA que aplican en la época de Zedillo ya se había aplicado en el rescate a los ferrocarriles en la época de Porfirio Díaz.
Fíjense cómo nos tenían de sometidos y colonizados, que se creó a partir de ese rescate Ferrocarriles Nacionales. A todas las compañías rescatadas, todas las compañías extranjeras se les integró y creó Ferrocarriles Nacionales. Pero todos los empleados de la nueva empresa, que todavía funcionaba antes de que terminara el porfiriato, antes de la Revolución, todos eran extranjeros, los que vendían los boletos, los maquinistas, todos, y ya se llamaba Ferrocarriles Nacionales de México.
Es hasta que llega el presidente Madero que se mexicaniza, así le llamaron, a los Ferrocarriles Nacionales porque empiezan a trabajar mexicanos en lo que ya era nuestro. Porque ni siquiera le tenían fe, confianza, a los mexicanos, existía desde entonces la idea de que los extranjeros eran mejores, que se mantuvo por mucho tiempo, y todavía hay conservadores que piensan que los de otros países son mejores que nosotros.
Hicimos una consulta en ese entonces, preguntándole a la gente si estaba de acuerdo con la propuesta del FOBAPROA, y desde luego la gente dijo que no. La única posibilidad era que en el Congreso nos uniéramos entonces a la oposición, pero los del PAN se sumaron al FOBAPROA. Incluso después Fox apoyó porque era muy aplaudido por los beneficiarios del FOBAPROA.
Otro ejemplo del rescate: la Autopista del Sol la rescataron. Hicieron una transa, pero bárbara, porque —creo que ahí está en el libro— hicieron un avalúo y el rescate a la empresa significaba darles 300 millones de dólares y de repente, sin avalúo, deciden darles 500 o 600 millones de dólares. Fue la piñata.
En los bancos, todas las colecciones de los grandes pintores de México que tenían los bancos pasaron a formar parte de los nuevos dueños, los Siqueiros, los Riveras, las colecciones, de los grandes saqueos que ha habido en el país, desde luego todo esto acompañado con las privatizaciones que se detuvieron hasta hace poco, hasta que llegamos, porque entregaron parte del territorio nacional para la exploración del petróleo, bloques en tierra y en mar que fueron concesionados, el petróleo de la nación y la industria eléctrica, y además todo esto modificando la Constitución, ahí sí no había opositores.
Y no sólo modificando la Constitución y dejando bien amarrado todo para que costara trabajo dar marcha atrás, sino creando instituciones para defender la política privatizadora, quedando un andamiaje para contrarrestar las acciones del Ejecutivo, debilitar al Poder Ejecutivo.
Nosotros cambiamos por completo esa política pública. Enfrentamos una crisis a partir de la pandemia del COVID y fueron también a pedirnos dinero, que nos endeudáramos para rescatar a los de arriba, y dijimos: No, no nos endeudamos, y lo que hicimos fue: con recursos que se obtuvieron de ahorros por no permitir la corrupción, por hacer un gobierno austero, nos dedicamos a apoyar a los de abajo en vez de darle a los de arriba les dimos a los de abajo, de abajo hacia arriba.
Y esa fórmula nos funcionó, porque no se endeudó al país y porque esto impidió una crisis de consumo. A pesar de la situación tan difícil, la gente tuvo ingresos para lo básico. No tuvimos crisis de hambre porque abajo siempre procuramos que llegara el recurso.
El FOBAPROA fue exactamente lo opuesto, porque quebraron los bancos, pero no los banqueros, bancos quebrados y banqueros ricos. Fue un atraco.
Bueno, pero eso es básicamente lo del FOBAPROA, que no se repita y que se rescate al pueblo.
*Texto recogido de la conferencia de Andrés Manuel López Obrados del día 27 de diciembre de 2022*