Sonora vive una profunda transformación social

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Opinión

Por Héctor Apolinar

Desde que se empezaron aplicar los programas sociales del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en el año 2019, dio inicio un cambio social profundo en el estado de Sonora.

Es un cambio imperceptible a nuestros ojos porque no es producto de una revolución violenta como lo fue la Revolución Mexicana, o con grandes manifestaciones en las calles, sino un cambio que se produce poco a poco en la medida que los programas puestos en marcha llegan a los beneficiarios cada mes o cada dos meses.

Su efecto es acumulativo. No es un como con las lluvias de temporal o los chaparrones que llegan y se van. No. Es un beneficio constante y firme que lleva otorgándose cuatro años continuos. Sus efectos positivos se dejan sentir ya en el bienestar y mejor calidad de vida, y podemos afirmarlo, en una cierta felicidad, de miles de personas, sobre todo de los adultos mayores de la tercera y cuarta edad, para quienes ese ingreso les resulta de la mayor importancia y, en muchas ocasiones, vital.

De acuerdo al delegado de la Secretaría de Bienestar en Sonora, Jorge Taddei, en el año 2022, fueron 461 mil 545 personas las que recibieron un apoyo económico del gobierno federal, con un monto de $9,134 millones de pesos al año.

Poco más de 245 mil adultos mayores están recibiendo el apoyo del programa.

El funcionario calcula, de acuerdo a lo que se ha publicado, que en el presente año el monto que se aplicará en los programas será de 11 mil millones de pesos, ya que se ha incrementado el  monto de los apoyos.

La población total de Sonora es actualmente de tres millones de personas. Esto nos da un cuadro muy claro del tamaño de la población beneficiada en Sonora y, consecuentemente, del impacto social que produce en nuestra sociedad.

El impacto ha sido profundo y transformador. Se traduce en nuevas actitudes de los beneficiados quienes pueden adquirir bienes y servicios que antes no podían o se detenían para hacerlo porque su presupuesto era limitado o no contaban con alguno.

Este nuevo fenómeno económico y social, que no existía en Sonora, no se limita a los adultos mayores, sino también a los estudiantes que reciben becas, a las personas pobres con discapacidad permanente y a los que participan en los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida, que ya dio inicio en Sonora.

NO estamos incluyendo aquí las cuantiosas inversiones que se realizaron dentro del Plan de Justicia a la Tribu Yaqui. Analizarlo requiere de un artículo especial porque sus implicaciones son múltiples. Ese es un programa especial.

Aunque este comentario se refiere a los programas federales de Bienestar Social, no podemos hacer a un lado, o no tomar en cuenta que, al mismo tiempo, el gobierno del estado, que encabeza Alfonso Durazo, cuenta con un presupuesto para 2023 de alrededor de 70,000 millones de pesos, el que tendrá una orientación social principal que antes no tenía de igual forma porque había intereses “zopiloteros” que rondaban sobre el presupuesto estatal.

Por supuesto por si no fuera suficiente, a lo anterior hay que sumar los incrementos al salario mínimo que impulsa el gobierno del presidente López Obrador, desde el inicio de su gobierno: 18 por ciento en 2019, 22 por ciento en 2020, 20 por ciento en 2021 y 20 por ciento en 2022.

Tales incrementos rompieron con el estancamiento que tuvieron desde el año 2000 a la fecha. Ver gráfica.

En muchos sentidos esa medida es una revolución social y salarial, pues ya van cinco años de incrementos constantes. Es decir, no es una lluvia de temporal, sino una siembra de riego constante, cuyos frutos son extraordinarios entre los trabajadores que, por fin, han visto que el gobierno les reconoce el valor de su trabajo.

Beneficia directamente a 6.5 millones de trabajadores, pero sus efectos indirectos son múltiples en entre los trabajadores que ganan más de un salario mínimo.

Hace unos años, una empresa de estudios de opinión y marketing  www.DelaRivaGroup, realizaba una encuesta que introdujo una metodología para medir el “estado de ánimo” que existía en el país.

Dividía al país por regiones: norte, pacífico norte, Sur, Golfo, etc.

La empresa dejó de hacerlas seguramente por presión del gobierno de Peña Nieto, pues fue en ese período que las hizo, ya que el ánimo salía bajo.

Sus informes eran del mayor interés.

Si hoy las realizara seguramente encontraría que el estado de ánimo de los sonorenses sería muy positivo, a pesar de la pandemia y la violencia, pues el sujeto social, la población, está siendo apoyada extraordinariamente.

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