Por Juan I. Ramírez
La imagen es contundente: un cansado y avejentado Claudio X. González Laporte, otrora asesor de Salinas, formador de organismos empresariales para presionar al gobierno impulsor de las campañas negras contra AMLO en 2006, 2012 y 2018, cercano a los presidentes neoliberales y con derecho de picaporte, se quedó esperando que lo recibiera la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
Las imágenes son hasta grotescas, y hay que reconocer la generosidad de AMLO quien pidió no burlarse de eso, subrayando que tienen derecho a participar como todos los mexicanos.
Sin embargo, ese momento simboliza el fin de una época en la cual los capitales de México ponían y disponían de los Presidentes de la República.
El también contundente apoyo popular al proyecto de la transformación y el voto masivo por Claudia Sheinbaum el 2 de junio, le dan la fuerza para hacer eso y más.
Por lo pronto ese momento queda para la historia, y que se tenga claro que ya no es el poder económico el que manda al poder político.
El pueblo de México lo sabe y por eso, entre otras cosas, apoya a la Cuarta Transformación.