Por Héctor Apolinar
La reciente noticia publicada por un diario de Hermosillo (Expreso,16.10.23) de que aumentó la desnutrición en menores de edad, particularmente en mujeres, corrobora lo que observamos en el contacto con estudiantes de bachillerato y la principal universidad del estado en Hermosillo: la deficiencia alimentaria que se traduce en menores tallas y más obesidad.
De acuerdo a la noticia, en Sonora la desnutrición supera los mil casos.
Aquí podríamos aventurar la idea de que la desnutrición general en la población de bajos ingresos es mayor pero que no alcanza los niveles de “desnutrición severa”.
De acuerdo a los datos del diario, hay 133 casos de desnutrición “severa”, 233 de “moderada” y 772 casos “leve”, para totalizar en septiembre, 1,068 casos de desnutrición.
En particular, el número de casos de desnutrición moderada supera la cifra récord anterior que era de 200 casos.
174 casos de desnutrición moderada fueron de mujeres menores de cinco años.
La desnutrición moderada, de acuerdo a la Dirección de Epidemiología del gobierno federal, es aquella que en el que hay una “deficiencia mayor a 40 por ciento de peso en relación a la edad”.
Los casos “moderados” son los que se presentan en menores con deficiencia de peso de entre un 26 al 40 por ciento, en tanto que un caso “leve” en menores de edad presentan una deficiencia de 25 por ciento.
Las tallas “normales” para menores de edad son, de acuerdo al IMSS, cita el diario mencionado, de 18.3 kilos en niños de cinco años, en tanto que el de una niña es de 18.2 kilos.
El diario Expreso cita a la nutrióloga Alma Ruelas, al respecto, que opinó que en una dieta como la que “impera en Sonora”, alta en calorías, puede generar que una persona presente sobrepeso y, al mismo tiempo, desnutrición.
A simple vista ese fenómeno está muy extendido sobre todo desde que se impuso el congelamiento de los salarios durante casi 20 años. (Ver gráfica) que redujo el consumo de nutrientes como carne de res, de puerco, de pollo y pescado, lo orientó hacia “satisfactores” momentáneos como la enorme variedad de frituras de las marcas de conocidas empresas como Pepsi Cola, Coca Cola, Bimbo, entre otras.
En Sonora el consumo de carne de res es cada vez menor debido al alto precio que tiene lo que se combina con los bajos salarios que existían.
El actual salario mínimo se ha incrementado a 207 pesos diarios en 2023, a partir de 88 pesos que había en 2018.
Los incrementos al salario en el gobierno de López Obrador han mejorado la alimentación de los mexicanos, en general, y de los sonorenses en particular, pero no puede resarcir todavía los bajos salarios acumulados durante más de 20 años previos. (Ver gráfica)
El efecto acumulado de la baja del consumo de las familias de menores ingresos en Sonora ocasionó que los niños que nacieron en ese periodo, hoy adolescentes y jóvenes, presenten los efectos de una deficiente alimentación.
Es trágico, pero es real.
En un artículo anterior señalamos que lo que ocurrió fue un verdadero “holocausto”, pues se incrementaron las enfermedades por una mala alimentación, como la diabetes, la hipertensión y males cardíacos, mientras que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sufría recortes presupuestales importantes que ocasionó su deterioro.
Debido a ello teníamos, al mismo tiempo, más enfermos y una menor capacidad para atenderlos.
El gobernador Alfonso Durazo ha mencionado en diversas ocasiones que en Sonora hay sectores de la sociedad que padecen hambre.
No se le ha prestado suficiente atención a ese señalamiento del gobernador, tal vez porque pareciera poco creíble que, en Sonora, un estado “rico”, pudiera haber hambre.
En el segundo informe que presento en septiembre, Alfonso Durazo, se refirió a varios programas que está aplicando su gobierno para atender a sectores de la población en pobreza extrema y con deficiencias en alimentación.
Así, por ejemplo, mencionó que:
“para atender la pobreza que viven miles de sonorenses, se están implementando distintos programas, como “Mano con mano”, para apoyar el ingreso de las familias en pobreza extrema a través de transferencias monetarias directas. El programa cuenta con una cobertura en todo el estado. De las 10,666 familias beneficiarias, el 31% pertenecen a comunidades indígenas”.
También que:
“Para contribuir a la seguridad alimentaria de la población vulnerable y la reactivación de economía de barrio, se puso en operación el Programa “Aquí se queda”. En su fase piloto, se beneficiaron a 1,360 familias de once municipios”.
Durazo ratificó que con política de apoyar a los sectores sociales vulnerables y de menores ingresos, “durante estos dos años se han ampliado los programas de cobertura social, entre los que destacan “Yo genero inclusión”, “Jefas de familia”, “Manos Unidas” “Becas”, “Desayunos escolares”, “Cuidar a quienes cuidan”, entre otros, que ha favorecido la atención de grupos minoritarios, como indígenas, migrantes, personas con alguna discapacidad, entre otras”.
Estas acciones, dijo, han dado como resultado que “hoy los hogares sonorenses cuentan con más ingresos para atender el gasto familiar. De acuerdo con el INEGI, los ingresos por hogares en las familias sonorenses incrementaron en un 7.6% en 2022, con respecto al 2020. Pero lo más relevante es que Sonora, de estar ubicado en el tercer lugar con mayor desigualdad de ingresos en los hogares en México en el año 2016, hoy se encuentra en la posición dieciséis con menos desigualdad (índice de Gini, INEGI 2022)”. (Pág.14, Segundo Informe de Gobierno)
Durazo ofreció otros datos alentadores:
“En los resultados publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), reflejan una significativa reducción de la pobreza en Sonora, al pasar de 29.9% en el 2020 al 21.7% en el 2022, por lo que 234,600 sonorenses hoy cuentan con mejores condiciones de bienestar. En lo que respecta, a la pobreza extrema, ésta se redujo del 3.5% del año 2020 al 1.7% de 2022, es decir, 53,700 sonorenses menos se encuentran fuera de esta condición”. (Cfr. Segundo Informe)
No hay duda que las cifras son bastante alentadoras ya que se frenó la pobreza tanto extrema como moderada y mejoró la alimentación de miles de sonorenses.
Sin embargo, dada la terrible situación que nos antecedió, muchos miles de niños que nacieron entre el año 2000 y 2018 no recibieron esos beneficios, por ello, las acciones de remediación son importantes.
El esfuerzo que se ha emprendido debe ser continuado y mejorado, pues ya se produjo un cambio notable que puede generar otros si mantenemos el rumbo y desarrollamos nuevas metas con las aportaciones de los sonorenses, en especial, de su juventud.