Por Francisco Casanova
A la mitad de este periodo vacacional en el que hubo infinidad de personas viajando por las carreteras y caminos de la entidad, el resultado fue «un saldo blanco», tal y como ocurrió también en los periodos anteriores de los años 2023 y 2022.
Lo anterior corresponde a todo un movimiento a favor de la seguridad que merecemos los sonorenses, el cual es uno de los propósitos más importantes de la Cuarta Transformación que se vive en Sonora.
En ese sentido, el gobernador Alfonso Durazo se ha preocupado por organizar personalmente un esquema de orientación, protección, seguridad y vigilancia, en el que participan más de 7,000 servidores públicos de diferentes dependencias gubernamentales que involucra al Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Policías Estatales y Municipales, Protección Civil, y asociaciones ciudadanas como la de Bomberos y la Cruz Roja, entre otros, dotados todos con el mejor equipo para prevenir cualquier emergencia y en su caso resolver los problemas que se presenten tanto en lo individual como en lo colectivo, a hombres, mujeres, adultos mayores y a los jóvenes, pero especialmente para atender a niñas y niños.
Y la verdad, nunca se había visto que se pusiera en práctica una organización que tomara en cuenta los más mínimos detalles para que los sonorenses no sufrieran accidentes en una temporada vacacional como ésta, cuando nos enterábamos de accidentes horrendos. Recuerdo aquella tragedia de la playa en Kino, entre otras.
Y este esquema de protección se ha estado afinando cada vez mejor en todos los atractivos turísticos del estado, ya sea en playas de Bahía Kino, San Carlos y Puerto Peñasco, y en los pueblos de la Sierra como Álamos y Yécora, y en los ríos de la entidad, como Ures, además de las fronteras de Nogales y Agua Prieta, entre muchos más atractivos en ciudades y poblados, como el de Tónichi, por ejemplo.
Ya en años pasados, cuando el gobierno de Durazo puso en marcha este tipo de organización, en épocas vacacionales, se salvaron muchas vidas a través de los sistemas de prevención, pero también se provocó, con esta organización, una gran derrama económica en comercios, restaurantes y hoteles, como resultado de un trabajo integral para dar protección a la comunidad viajera que, en cientos de miles, han transitado por la entidad. Y en los cuellos de botella que nunca faltan, se ha sufrido una lentitud enorme por las largas filas de autos.
El año pasado hubo 1 millón 200 mil visitantes y este año se calcula en 1 millón 800 mil.
Y, desde ayer domingo las familias sonorenses y los turistas que nos visitaron, empezaron a retornar a sus hogares sanos y salvos.
Es un trabajo a favor de la seguridad humana, propio de la 4T.
Y se espera que este saldo blanco siga siendo una realidad.
¡MUCHAS FELICIDADES a todas y todos los participantes en esta operación preventiva, incluyendo por supuesto a la población!
Turismo y economía, bien. Pero lo básico es la seguridad para todas y todos.