Por Héctor Apolinar
La oposición al presidente López Obrador, encabezada por el empresario Claudio X. González y la coalición PAN-PRI-PRD, busca a toda costa hacer fracasar su gobierno, por una parte, pero, al mismo tiempo, hacen lo posible por acallar su conferencia “La mañanera”.
Se acusa al presidente de la República de utilizar la conferencia para dar “sermones” y hacer afirmaciones falsas con lo que pretende engañar a los mexicanos.
Sin embargo, no existe mandamiento legal alguno que le impida a López Obrador ofrecer la conferencia. Finalmente, cada uno de los que la seguimos determinará si le cree al Presidente o no. Es decir, tiene el derecho de decidir. Eso es democrático.
Pero la oposición quiere callarlo por la sencilla razón de que es uno de los programas más vistos en la televisión y su información circula en todo el país.
En cambio, la oposición tiene a la mayoría de los medios de comunicación impresos, de radio y de televisión en su poder en los que ataca constantemente y, muchas veces, de forma calumniosa al presidente López Obrador.
A esa campaña organizada de calumnias, ataques, ofensas e insultos, el Presidente responde en “La mañanera”, lo que no le gusta a la oposición porque los refuta, los desmiente, los expone ante los mexicanos, cuando hacen afirmaciones o señalamientos evidentemente falsos.
Por supuesto que eso les molesta, y mucho, ya que no pueden bajar la popularidad y credibilidad de López Obrador ante la mayoría de los mexicanos. Es lo que les molesta, por eso quieren que se suspenda “La mañanera”.
Si, como ellos aseguran, López Obrador dijera falsedades e hiciera señalamientos y acusaciones infundadas, el apoyo al Presidente ya se hubiera reducido al mínimo.
Ahora bien. “La mañanera” no solo es un lugar de debate político, al mismo tiempo, es un centro de información sobre lo que está haciendo el gobierno en la esfera económica, de salud pública, de seguridad, de inversiones, y en múltiples espacios de la vida de México.
Es decir, “La mañanera” es un foro informativo, un ejercicio de información a la sociedad mexicana, lo que no se había hecho en ningún otro gobierno de que tengamos memoria.
Los gobiernos anteriores a AMLO– del PAN y del PRI—“gobernaban” en la oscuridad, en los rincones del poder, sin que los mexicanos nos enteráramos de lo que se hacía y de lo que se decidía.
Eran gobiernos de espaldas a la sociedad.
La información y el debate político son esenciales para una sana vida democrática.
López Obrador no reprime el debate, ni la información pública. No es Stalin, ni Adolfo Hitler, ni Pinochet.
Por ello, sus seguidores no podemos permitir que silencien “La mañanera” ni al presidente López Obrador.