El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar está bajo ataque, y no precisamente por parte de Vladimir Putin, sino de funcionarios de su gobierno que lo acusan de “alinearse con el presidente López Obrador”, de poner en riesgos los intereses norteamericanos y de a veces, “contradecir las políticas de su propio gobierno”.
Estos fueron algunos de las acusaciones que hicieron funcionarios y ex funcionarios de gobierno, y expertos en las relaciones entre los dos países, de acuerdo a lo que publicó el influyente periódico The New York Times, el pasado 5 de julio.
El reportaje reconoce que Salazar ha logrado construir una cercana relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que le permite exponer los puntos de vista del gobierno y las empresas norteamericanas en temas de interés para su país.
Salazar insiste en que su “relación directa” con López Obrador beneficia a Estados Unidos, dice el reportaje.
“Pero al interior del gobierno hay una preocupación creciente de que, en el proceso de acercamiento, el embajador haya arriesgado los intereses estadounidenses y no haya usado la relación para avanzar las políticas cuando Biden más lo necesita, según entrevistas con más de una decena de funcionarios y exfuncionarios y analistas”, dice el reportaje.
Asimismo sostiene que “al interior del gobierno estadounidense, algunos cuestionan si el enfoque blando de la actual gestión de verdad funciona o más bien envalentona a López Obrador mientras desafía la influencia estadounidense y socava las salvaguardas de la democracia, según altos funcionarios de Estados Unidos que no tenían autorización de hacer declaraciones en público”.
El severo cuestionamiento al embajador Salazar es, desde varios puntos de vista, un parteaguas político que puede obligarlo a renunciar, ya que es una señal pública de desaprobación que le envían influyentes funcionarios del gobierno del presidente Biden que no están de acuerdo con su gestión.
Las diferencias de opinión entre funcionarios es normal, pero cuando llegan a la luz pública en un medio tan importante en Estados Unidos, como The New York Times, quiere decir que las cosas alcanzaron un nivel crítico.
Sin embargo, no es claro todavía que los funcionarios descontentos con el embajador Salazar, entre ellos Anthony Blinken, secretario de Estado llegarán tan lejos pues implicaría una ruptura de los canales de comunicación que ha construido Salazar con López Obrador.
De lograrlo las relaciones entre ambos países se verían perjudicadas.
Desde el inicio del gobierno de Biden, los grupos de oposición política al presidente López Obrador, entr ellos el PAN y el PRI, han hecho constantes llamados al presidente Biden a que “frene” los intentos de López Obrador, bajo los descabellados argumentos de que intenta imponer un gobierno autoritario con control de poder judicial y desparecer el Instituto Nacional Electoral con el fin de tener el control político del país en sus manos. El embajador Salazar no es un improvisado. Es un político cercano al presidente Biden, con experiencia política. Fue secretario del interior del gabinete de Barack Obama, mientras Biden fue vicepresidente y antes fue senador demócrata por Colorado.