No funciona el juego sucio. La 4T puso el ejemplo

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Cuando un gobierno como el del Presidente López Obrador ha hecho mucho bien por la gente, es muy difícil cambiar de rumbo, como quisiera haberlo logrado la derecha conservadora en las pasadas elecciones.

Sobre todo porque la derecha mexicana está acostumbrada a jugar sucio en sus intentos de conservar primero o recuperar después, el poder perdido, tal y como ocurrió en las elecciones más recientes por su falta de respeto y apego al pueblo.

En dichas elecciones la candidata de la derecha Xóchitl Gálvez quedó casi 20 millones de votos abajo de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, de Morena y sus aliados. Es decir, no prendió en absoluto, a pesar de tanto esfuerzo en groserías y ataques infecundos lanzados por ella y sus partidos, PRI, PAN y PRD, que lamentablemente cayeron hasta lo más bajo de su historia.

Ese es el costo que ahora están pagando por el juego sucio en la política por medio de sus abusos acostumbrados y que obviamente ya no les dan resultados.

Su tiempo ya se acabó.

Sólo hay que ver el éxito que está teniendo la Cuarta Transformación del presidente AMLO y de su sucesora Claudia Sheinbaum, quienes son apoyados por la gente del México profundo, porque saben lo que pasa en la política de todos los días, exactamente. Y ya no se deja engañar

Y se ve claramente cómo los actores políticos del viejo régimen se están achicando cada vez más.

En este sexenio del presidente AMLO que está a punto de terminar –ganando históricas batallas políticas y electorales– como la continuidad en la Presidencia de la República y la misma Mayoría Calificada en la Cámara de Diputados y casi en el Senado, además de la dignidad en los ataques provenientes en la Embajada de Estados Unidos, auguran grandes pasos que se van a seguir dando en el próximo gobierno para el bienestar de México y su gente.

Y sólo faltaría atender con mayor rigor el delicado tema de la Seguridad Pública, al reconocer que, aunque de hecho se contuvo, la violencia sigue estando ahí presente.

Claudia Sheinbaum lo hará bien como parte histórica de la continuidad, amparada en la Ley. Para eso es la Cuarta Transformación. Y para eso son las reformas al Poder Judicial, para democratizarlo.

¡Bienvenida, Presidenta!

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