No aceptamos injerencismos: AMLO

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Por Francisco Casanova

Hasta hace muy pocos días la relación del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, era muy buena y hasta se podría calificar «de lo mejor».

Se notaba entre los dos una chispa de amistad que provocaba a cada instante que Salazar expresara su simpatía por el Presidente con un gesto de admiración.

Reconoció muchas veces la política de desarrollo social y económico de primero los pobres, y a la vez destacaba la política de colaboración con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Pero eso se acabó ayer.

Sorpresivamente Ken Salazar dio a conocer una carta donde casi amenaza a AMLO con «una fuga de capitales» en nuestro país, a causa de la inevitable reforma al Poder Judicial, a punto de que el INE confirme hoy formalmente que Morena y sus partidos aliados tienen derecho a la Mayoría Calificada con 334 diputados, incluidos los llamados pluris, y con ello también tienen derecho a reformar la Constitución y democratizar a dicho Poder Judicial cuya mala fama es la ineficacia, la corrupción y la injusticia.

Lo absurdo de esta carta de «intromisión» de Ken Salazar es que apenas hace una semana dio su apoyo a la reforma judicial emprendida por el presidente AMLO, y hoy asegura que ésta pone en riesgo las relaciones comerciales con Estados Unidos. Seguramente, dice AMLO en un gesto de amistad, que el Secretario de Estado, Blinken, presionó a Salazar. Allá la política no es lineal, comentó el Presidente en la Mañanera.

Sin embargo, López Obrador calificó la postura del embajador como «desafortunada e imprudente» y dijo «ya se envió a EU una nota diplomática, un extrañamiento, porque no aceptamos que ningún representante de gobierno extranjero intervenga en asuntos de México, y se les explicó que nuestro gobierno está comprometido con el Poder Judicial para lograr una verdadera autonomía y un verdadero Estado de Derecho.

A lo que Ken Salazar respondió inmediatamente: Si se da la Reforma Judicial como viene, los nuevos jueces no harán bien su trabajo en los conflictos comerciales entre los dos países y habrá turbulencia en las relaciones comerciales.

Y con ello parece que Estados Unidos defiende situaciones de beneficio en sus relaciones con un poder judicial corrupto.

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