Por Julián A. Sánchez
La derecha mexicana enquistada en el poder económico, los medios de comunicación, el Poder Judicial y el alto clero, empieza a aceptar, con resignación, los resultados del 2 de junio.
Le habían apostado a desbarrancar a la 4T con grandes esfuerzos desde esos cuatro poderes; el pueblo mexicano, que es mucha pieza como dice AMLO, los puso en su lugar dándole al movimiento de Transformación la mayoría absoluta y la capacidad para reformar la Constitución.
Ayer iniciaron los foros sobre la reforma al Poder Judicial y la primera gran sorpresa fue la presencia de los hasta entonces desconocidos ministros de la Corte. Confirmaban un gran poder clandestino y la presión del pueblo los ha hecho dar la cara. Ya empiezan a entender la necesidad del cambio.
Es un buen avance que ya hayan tomado nota que el tigre existe; también es una buena noticia pues seguramente entre todos se hará una ley judicial que permita que la justicia esté al servicio del pueblo de México.