Por Luis Moreno
El título del presente texto es el mismo que tuvo el penúltimo foro temático para conformar el Proyecto de Nación 2024-2030. La prospectiva es medular. ¿Qué sigue para las juventudes después del primer gobierno de la Cuarta Transformación?, esa fue la pregunta central. Para aproximarnos a una respuesta a dicho planteamiento, contrastemos los proyectos.
La etapa neoliberal se caracterizó por el abandono y el desinterés total hacia las juventudes por parte del gobierno. Se empeñó en propagar el individualismo pretendiendo erradicar toda dinámica colectiva, apostando por mantenerles en la neutralidad política, en la apatía, el escepticismo, la banalización del pensamiento y la desesperanza. Apostó también, por la idea de que el único camino digno para todo joven era el del mercado.
Con la Cuarta Transformación eso cambió drásticamente. La tesis principal ha sido garantizar una vida en derechos para las y los jóvenes, que naturalmente es un planteamiento antineoliberal, por lo que, durante la primera fase de la transformación, la perspectiva de juventudes permite diferenciar las actuales acciones gubernamentales con las del pasado. Otros elementos vitales, son la universalidad y la transversalidad de sus principales políticas, que a su vez se conjunta con la atención de las causas de fondo.
El Gobierno Federal ha puesto en el centro de su presupuesto a las juventudes. En 2023, se han destinado más de 500 mil millones de pesos, beneficiando a más de 10 millones de jóvenes a través de sus diversos programas: Becas Benito Juárez para bachillerato, Jóvenes Construyendo el Futuro, Jóvenes Escribiendo el Futuro, Sembrando Vida, La Escuela es Nuestra, entre otros. Además, se han construido más de 200 universidades en lo que va del sexenio y se han echado a andar 14 planes de justicia a lo largo del territorio nacional.
La reflexión y la promoción de espacios de discusión han sido sello del gobierno en curso. El estigma de que los temas que atañen a las juventudes se asocian únicamente a cuestiones deportivas, culturales y de emprendimiento contradice una estrategia integral que considera la interculturalidad, el pensamiento crítico, la diversidad, la consciencia de clase, la perspectiva de género y la ética como pilares del relevo generacional.
Sin lugar a dudas, hablar de juventudes implica garantizar una dinámica coordinada y transversal con las distintas instituciones de gobierno, lo que representa un gran reto para el Estado Mexicano en el segundo momento de la Cuarta Transformación. Finalmente, el acceso a la vivienda, la precariedad laboral y la profundización de la revolución de las consciencias son los desafíos más apremiantes frente a lo que se avecina.