Por Francisco Casanova
«El poder es honestidad y humildad y mi misión es continuar la política del Humanismo Mexicano», dijo la Presidenta Constitucional de México, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, en el segundo discurso dirigido a la nación y a todos los países del mundo, después de recibir el «bastón de mando» de parte de un grupo de mujeres representantes de los pueblos originarios del país, en la Plaza de la Constitución, más conocida como el Zócalo de la Ciudad de México.
Y para llevar a cabo el Humanismo Mexicano impulsado por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, «los que me conocen saben que seré implacable», advirtió la Presidenta.
Ella se refirió a que en su lucha contra la corrupción nadie pondrá en riesgo la honorabilidad de su gobierno, al continuar el Segundo Piso de la Cuarta Transformación en el País.
Y en su primer discurso matutino de toma de posesión en la Cámara de Diputados de San Lázaro, AMLO le había entregado a la Presidenta la banda presidencial en manos de Doña Ifigenia Martínez, mientras que ella en su discurso había saludado por su nombre a los representantes de los 105 países que «nos acompañan y que son reflejo de la amistad que nos une con el mundo”. Y en eso, la Presidenta Constitucional dirigió un saludo especial a la señora Jill Biden, ahí presente, esposa del presidente de Estados Unidos, quien por la tarde envió sus buenos deseos y felicitaciones a la nueva Presidenta.
Y, después de esa atención diplomática Claudia Sheinbaum expresó entusiasmada lo siguiente:
«El mejor presidente de México, después de Lázaro Cárdenas, es Andrés Manuel López Obrador, quien inició la Revolución Pacífica de la Cuarta Transformación en nuestro país. Usted es de los que devuelven al pueblo la esperanza y la alegría. Usted estará siempre en el corazón de México. Ha sido un honor luchar junto a Usted». Y lo despidió con un «hasta siempre hermano, amigo, compañero».
Y prosiguió: Gracias, hoy, pueblo de México. Éste es tu triunfo.
Después, Claudia Sheinbaum enumeró los 100 proyectos para continuar la Cuarta Transformación y dar a México el rostro de un país más democrático y de prosperidad compartida, por medio de una avanzada modernidad en la que siempre sean los pobres los primeros beneficiados. Es decir, crecimiento económico con bienestar social.
Y lo primero que dijo es que no regresará el régimen de privilegios del neoliberalismo y, ahora sí, ya nadie ganará más que la Presidenta.
Y anunció que en esta semana el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, presentará un plan contra la inseguridad y la violencia, que de ninguna manera implica volver a declarar la guerra al narco. Al contrario, los programas sociales continúan como la mejor manera de atender las causas, precisó la primera Presidenta.
¡Viva la Cuarta Transformación, Viva México!, finalizó Claudia Sheinbaum en sus dos discursos. Y aquello se convirtió en una fiesta de alegría y esperanza.
Este 2 de octubre, la Presidenta viaja a Acapulco y a Michoacán a atender a los damnificados por los diluvios.