Por Héctor Apolinar
Los gobiernos de la república, de Baja California y de Tijuana, en coordinación con la II Región Militar, lanzaron un programa de apoyo social, de acciones gobierno y actividades culturales bajo el nombre de “Semana de Paz y Seguridad”, que se desarrollará del 26 al 30 de junio en las instalaciones de la “Construcción del Nuevo Cruce Fronterizo Otay II” ubicado sobre el margen del rio “El Alamar” en el municipio de Tijuana, B.C.
Las autoridades determinaron iniciar este esfuerzo en la zona de construcción de la Garita Otay II, donde la Secretaría de la Defensa Nacional ejecuta un proyecto de infraestructura que mejorará la economía y calidad de vida de los tijuanenses.
Para ello, el programa ofrecerá múltiples acciones de servicios, trámites, gestiones, actividades artísticas y de salud a la población general de todas las oficinas de los gobiernos federal, estatal y municipal, con lo que se busca la más importante movilización de gobierno que se haya visto en esa importante ciudad.
El amplio programa es una respuesta de carácter social a las actividades violentas de los distintos grupos de la delincuencia organizada que operan en la ciudad que luchan por controlar el tráfico de drogas, de migrantes, de “cobro de piso”, la prostitución, entre otras actividades ilícitas de un mercado altamente lucrativo que se extiende hasta Mexicali, San Luis Río Colorado y el estado de California en Estados Unidos.
A finales de mayo, un escolta de la alcaldesa Caballero fue atacado a balazos y resultó herido. Una semana después, la alcaldesa recibió amenazas de muerte, por lo que la Guardia Nacional de Tijuana le recomendó a la alcaldesa que se trasladara a vivir al cuartel del 28 regimiento militar para garantizar su seguridad.
Esos hechos, más otros que ocurrieron antes, como la quema de patrullas y mensajes con amenazas, mostraron una peligrosa escalada.
Ante ello, el 30 de mayo arribaron a Tijuana 500 elementos de la Guardia Nacional y el 16 de junio llegaron 200 soldados de las fuerzas especiales para aumentar la seguridad en la ciudad que ya había sido reforzada en meses anteriores.
La preocupante situación que vive la ciudad supera la esfera estrictamente delictiva y llega a la descomposición familiar de sectores de la sociedad, como lo advirtió José Luis Pérez Canchola, ex director de atención a migrantes de Tijuana y ex director de Derechos Humanos en el estado.
En una plática que dio con el Grupo 21 de Tijuana el 18 de junio, advirtió que “La violencia va a empeorar”, en la ciudad, porque “la delincuencia está reclutando niños para vender drogas y otros crímenes, hay un alto turismo sexual infantil, extorsiones, cobro de piso, presencia de pandilleros Mara Salvatrucha, madres que cargan a sus hijos con drogas para entregar y vender”, de acuerdo a la versión que publicó el periodista Enrique Sánchez Díaz, en el sitio de noticias www.afntijuana.info.
“Hay niños detenidos en las estancias de menores que relatan que matan porque les pagan, los levanta el crimen organizado para reclutarlos con amenazas, por dinero y por drogas. Y los que quieren escapar tienen sentencia de muerte”.
“Los matan si desertan, o si les dan drogas para vender y no pagan, o si se las pierden, los matan, por eso los homicidios siguen aumentando. Pero nadie le entra, nadie protesta, hasta que les toca ser víctimas”, denunció.
Hasta entonces, no se tenía un cuadro así de la situación que existe en algunos sectores de la sociedad tijuanense.
La situación descrita por Pérez Canchola se explica por varias causas, entre ellas, la intensa migración que llega a la ciudad de diversos lugares del país y del extranjero que buscan ingresar a Estados Unidos. Esto crea una población flotante que es asediada por la delincuencia organizada para reclutar personas por la fuerza o no, o bien para secuestrarlas y extorsionarlas
El accionar de las fuerzas policiales y de la Guardia Nacional en Tijuana ha elevado el número de detenciones de integrantes de la delincuencia organizada. Además, los enfrentamientos entre ellos han diezmado fuertemente sus filas.
Al iniciarse el programa el lunes 26, la gobernadora del estado, Marina del Pilar Ávila declaró que el apoyo de las fuerzas federales ha sido determinante para reducir la violencia y consideró que la coordinación debe continuar y fortalecerse para construir un auténtico entorno de paz en las zonas que las labores de inteligencia han arrojado como de mayor incidencia delictiva en Tijuana.
«Como bien lo dice nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia y del bienestar», afirmó y aseguró que «la auténtica paz, que entre todas y todos estamos construyendo, significa vivir sin temor, sin miseria y con tranquilidad».
En una velada referencia a los desacuerdos que han tenido ella y la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero en torno a la delincuencia, la gobernadora apuntó que «hoy más que nunca tenemos que ser una misma fuerza y mantener la unidad, hoy más que nunca debemos de cerrar filas. El crimen le apuesta a sembrar miedo e incertidumbre, pero lo que encuentra es a un gobierno y una ciudadanía más unidos que nunca».
Para inaugurar las actividades de Semana de Seguridad y Paz estuvieron presentes, junto con la gobernadora Ávila y la alcaldesa, Caballero, los generales, Víctor Hugo Aguirre, comandante de la Segunda Región Militar, Víctor Hugo Chávez, comandante de la Guarnición Militar El Ciprés; Jorge Enrique Martínez, coordinador de la Guardia Nacional en Baja California; Victorino Porcayo Domínguez, delegado de la Fiscalía General de la República en Baja California; Ricardo Iván Carpio Sánchez, fiscal general del Estado; general Leopoldo Tizoc Aguilar Durán, secretario de Seguridad Ciudadana de Baja California y el general Raúl Manzano, ingeniero constructor a cargo de la obra en la Garita Otay II.