Por José Arturo Rodríguez Obregón
Hace pocos días la Cámara de Diputados aprobó el último presupuesto de egresos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Como ya se esperaba, el presupuesto para el próximo año, y con el cual cierra su gobierno el presidente López Obrador, le dará un fuerte impulso al proyecto de la Cuarta Transformación, lo que permitirá mantener al país en la vía del desarrollo social, y que para James Midgley, reconocido economista especialista en política social, y profesor de la Universidad de California-Berkeley, “…es un proceso de promoción de bienestar de las personas en conjunción con un proceso dinámico de desarrollo económico. […] que conduce al mejoramiento de las condiciones de vida de toda la población en diferentes ámbitos: educación, salud, vivienda, nutrición, seguridad social, salarios, empleo, vulnerabilidad, reducción de la pobreza y la desigualdad en el ingreso”.
El presupuesto para el próximo año contiene el mayor gasto social en la historia del país, con un monto de 4.4 billones de pesos, y que garantiza apoyos directos a 30 millones de familias. En el presupuesto todos los programas sociales tendrán un importante incremento en sus montos, siendo el de pensión para adultos mayores el mayor de ellos, con el 25 %.
Con seguridad el presupuesto 2024 y el importante incremento del salario mínimo que ya anunció el presidente para inicio de ese año, se verán reflejados en la medición de la pobreza 2024 que hará el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Con los resultados de la medición de la pobreza del año 2022 ya pudimos constatar los resultados tan positivos de la política social que implementó el presidente desde el inicio de su gobierno. En efecto, aún con el enorme daño que generó la pandemia de coronavirus en la economía del país y de las familias, entre los años 2020 y 2022 se registró una importante disminución de la cantidad de población en situación de pobreza en el país, pasando de 55.7 millones, el 43.9 %, a 46.8 millones, el 36.3 %.
Otro resultado muy relevante del presidente, y que trascenderá su periodo, es que deja bases legales e institucionales firmes para continuar con ese proceso de desarrollo social, como es el reconocimiento constitucional de los derechos sociales a la protección a la salud, a las pensiones para adultos mayores, a los apoyos para personas con discapacidad, y a las becas para estudiantes del sistema de educación pública, así como garantizar los recursos financieros para su cumplimiento, ya que éstos no pueden ser disminuidos.
Como todo proceso, el de desarrollo social requiere tiempo para su consolidación, por lo que es importante mantener las condiciones políticas que le favorezcan, más aún cuando los grupos políticos y económicos que obtuvieron muchos beneficios y privilegios en el anterior sistema político corrupto ya han mostrado su interés por detener el proceso de transformación económica, política y social que se está llevando a cabo en el país para beneficio de la mayoría de las familias, especialmente para las que viven en situación de pobreza.
Será pues decisivo para darle viabilidad al proceso de desarrollo social, que con las próximas elecciones federales se constituya un gobierno con mujeres y hombres comprometidos con un México con justicia social, y es indudable que la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo ha mostrado en toda su trayectoria pública y política, el interés, el compromiso y la capacidad para liderar ese gobierno.