El discurso de López Obrador, Claudio X. y Lucas Alamán

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Por Héctor Apolinar

En uno de los pasajes medulares de su discurso el primero de julio, al conmemorarse el 5to aniversario de su triunfo electoral, el presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló al activista y empresario, Claudio X. González, como el personaje que encabeza la oposición conservadora a la transformación política, social y económica que vive México.
“Como es natural, el proceso de transformación del país ha creado una oposición conservadora, obcecada en regresar por sus fueros. Sus líderes, sus jefes, no conciben ni aceptan que ahora se gobierna para todas y todos, y no sólo en beneficio de una minoría”, denunció el presidente López Obrador ante los cientos de miles de asistentes al acto de celebración del triunfo electoral de julio de 2018.

“Ahora se han constituido en una especie de supremo poder conservador. El gerente de ese grupo peculiar es Claudio X. González hijo. A él lo apoyan los traficantes de influencia y políticos corruptos del más alto nivel del antiguo régimen, y a él le obedecen los encargados de los partidos, muchos abogados marrulleros del Poder Judicial, intelectuales acomodaticios y periodistas alquilados o vendidos”.

¿Porqué el Presidente de la República señala que la oposición reaccionaria, se ha constituido en una “especie de supremo poder conservador”?

El Partido Conservador Mexicano

El Partido Conservador tuvo actividades durante casi todo el siglo 19. No fue un partido político formal, sino una asociación de empresarios, sacerdotes, militares y políticos que coincidían en oponerse al Movimiento de Independencia de España, y abogaban por que La República Mexicana fuera una república centralista que continuara bajo dominio español, en la que solo existiera la religión católica y en la que votaran solo las clases acomodadas e ilustradas.

El principal ideólogo político de esa asociación fue Lucas Alamán, quien era hijo de familia de una familia adinerada de Guanajuato, que perdió su fortuna durante la guerra de independencia.

Alamán fue una figura destacada en la vida política de México. Participó en varios movimientos políticos, incluso ocupó varias carteras en gobiernos conservadores, entre ellos, en uno de los numerosos gobiernos de Antonio López de Santa.
Fue Alamán quien, el 23 de marzo de 1853, le propuso a Santa Ana que regrese a México a encabezar las fuerzas políticas conservadores para retomar el gobierno.

Para ello le envió una carta confidencial en la que le dice:

“Esta, y no otra es la revolución por la que vuelve usted á ver el suelo de su patria. Nuestros enviados, á diferencia de todos esos otros, no van á pedirle á usted nada, ni á alegar nada; van únicamente á manifestar á usted cuáles son los principios que profesan los conservadores y que sigue por impulso general toda la gente de bien”. (Carta de Lucas Alamán al Gral. Antonio López de Santa Anna, 23 de marzo de 1853, pdf)

¿Cuáles eran esos principios?

“Estamos decididos contra la federación; contra el sistema representativo por el orden de elecciones que se ha seguido hasta ahora; contra los ayuntamientos electivos y contra todo lo que se llama elección popular, mientras no descanse sobre otras bases”.
Es decir se opusieron a la construcción de la república mexicana federal y al voto popular, en otras palabras ¡se opusieron a la república democrática!

Alamán le asegura a Santa Ana que para lograrlo “contamos con la fuerza moral que da la uniformidad del clero, de los propietarios y de toda la gente sensata, que está en el mismo sentido”.

Asimismo, le garantizan que:

“Para realizar estas ideas se puede contar con la opinión general, que está decidida en favor de ellas, y que dirigimos por medio de los principales periódicos de la capital y de los Estados, que todos son nuestros”.

En suma, a través de las palabras de Lucas Alamán es posible darse cuenta que el Partido Conservador, en efecto, tiene grandes semejanzas políticas con la agrupación conservadora que dirige Claudio X. González, que tiene control sobre la mayoría de los medios informativos empresariales, que se han dedicado a atacar virulentamente no solo las políticas y programas de gobierno de López Obrador, sino a su familia, de una forma viciosa y carente de ética.

Sin embargo, como lo señaló el presidente López Obrador en su discurso del sábado:

“Aunque a todos ellos los une el clasismo y el racismo, como paradoja, eso mismo los obnubila, les impide aceptar y ver que poco a poco, entre todos los que enarbolamos la bandera del humanismo mexicano, poco a poco fuimos promoviendo un cambio de mentalidad que se consolidó con los hechos de un gobierno guiado por ideales y principios, honesto y promotor de la justicia social”.
En efecto, eso que llamamos la Cuarta Transformación de la vida pública de México.

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