Por Juan I. Ramírez
Decían que el Poder Judicial estaba al servicio de la mafia del poder; muchos no lo creían, pero con la llegada de la Cuarta Transformación se hizo evidente ya que tomaron partido contra el gobierno y fueron el principal obstáculo a las reformas y a las obras de infraestructura que emprendió AMLO.
Una vez probada la actitud facciosa del PJ, este año 2024, luego que la derecha legislativa rechazó la iniciativa, el Presidente (como plan B) mandó un decreto para reformarlo.
El Poder Judicial, sin que sea su facultad, lo bloquea.
AMLO llama a la gente para votar el Plan C.
El PJ resiste apoyando a la derecha prianista con la esperanza de que no pase.
El pueblo hace que pase el Plan C.
La Corte y sus corifeos entran a la ofensiva haciendo un paro laboral (sin dejar de cobrar sus altos sueldos); los defienden los partidos, los defiende el embajador gringo, los empresarios, y el día de la votación toman el Senado de manera violenta, comportándose como porros » los encargados de la justicia».
Aun así, después de aprobada la Reforma constitucional, insisten en sus manifestaciones, siguen la huelga, agreden a Noroña y al Presidente sin que una voz cuerda los calme o se haga responsable.
Lamentable exhibición de quiénes son y cómo se comportan.
Queda claro que, con cada acción en defensa de sus nefastos intereses, se prueba que efectivamente el Poder Judicial estaba secuestrado por la mafia del poder.
Eso ya no sucederá con la Reforma Judicial aprobada por el movimiento de Transformación. El pueblo pone y el pueblo quita.
Eso va a pasar con el oscuro y perverso Poder Judicial que hemos padecido.
¡Bien por la 4T!