COLUMNA: Política para principiantes – Nos toca a los jóvenes defender la Transformación

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Escuché decir a una persona que votaría por Xóchitl porque le parecía más divertida. Claro si de “pende***la se trata, ella sería el show principal.

¿Pero es eso lo que queremos? ¿Una comediante? ¿O alguien con experiencia y preparación para la talla del puesto de Presidenta de la República?

Pero creo entender el porqué algunos entenderían un asunto tan serio como la política y la presidencia del país como un ejercicio de popularidad.

El PRIANISMO tiene muy claro su público meta; los Jóvenes de México y las personas sin memoria.

Debemos reconocer que el PRIAN sabe esconder muy bien trapitos sucios, ha hecho de sus campañas una especie de suerte farandulera que intenta ocultar años de saqueo y corrupción y ellos son más conscientes que nadie ó ¿Es acaso que ven a X. ondear su bandera panista como la carta de recomendación?

Nosotros, la nueva generación, tal vez pecamos de dar por hecho y garantizado todo lo que tenemos ahora, y si, sin duda hay mucho que mejorar y trabajar, pero nuestros padres, nuestros abuelos, realmente no olvidan lo que les tomó décadas construir.

Esta brecha generacional nos hace susceptibles por la falta de experiencia y los grupos de derecha tienen presente que los que tienen memoria, ya no son presas del engaño, mucho menos desde que las mañaneras se volvieron un ejercicio que combate los medios controlados por las minorías elitistas.

En México son 26.2 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años de edad los que tendrán la posibilidad de votar en las elecciones de 2024 para escoger quién ocupará la silla presidencial en el próximo sexenio.

Aprovechar este público vulnerable es lo que realmente podría hacer la diferencia para los sedientos grupos de poder que se aprovecharon de su posición de poder y ahora se ven obstruidos por la cuarta transformación.

Una persona puede ser responsable del daño que causa con sus acciones así como la falta de ellas y si algo nos ha enseñado la vida es que la historia tiende a repetirse.

Tal vez la enfermedad más grande que aqueja a la juventud es la apatía. Aislados en redes, los jóvenes están cegados por la comodidad y las distracciones masivas de la modernidad.

Es difícil vislumbrar la situación en la que uno se encuentra y no abrumarse cuando hay tanta información fluyendo por nuestros ojos y tal vez, si, es natural en cierta forma qué en respuesta a toda esta estimulación, la nueva generación elija desconectarse y no empatizar con la situación política del país.

Aún así, tenemos la ventaja de crecer en una generación donde la información puede fluir en ambas direcciones, ya no somos solamente el receptor que no tenía de donde elegir la información que consumía, ahora tenemos la oportunidad de investigar, divulgar y cuestionar todo lo que hacen los medios.

Es con esa nueva libertad que tanto trabajo les costó lograr a las generaciones anteriores que debemos proteger nuestros propios derechos y nuestro país, votando, haciendo las preguntas correctas, exigiendo justicia. Nosotros los jóvenes somos el relevo de la 4ta transformación.

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