La última y nos vamos

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Por Héctor Rodríguez Méndez

La revalorización de la vida de los pueblos originarios, sus identidades, el patrimonio cultural y los valores que nos han heredado, ha sido, si no el más importante de los puntos que articulan el discurso del Presidente, si el elemento central que ha cohesionado su visión como dirigente social.

Ayer mismo, en la conferencia mañanera, se ha reavivado la vieja discusión del perdón histórico que la corona española, se ha negado dirigirle al pueblo de México por el expolio sin límites de sus recursos naturales y el gran dolor y sufrimiento humano, causado durante la Colonia.

No es para menos, los parásitos que hoy siguen detentando coronas en el mundo y usufructuando riquezas sin límite, fueron ampliamente reconocidos en el pasado por los regímenes prianistas. La cosa no paró ahí; algunos empresarios españoles que forman una especie de corte, también parasitaria, fueron premiados por los sucesivos gobiernos prianistas con la venta de bancos públicos o la creación de empresas generadoras de electricidad, entre otras cosas.

El Presidente, en cambio, ha reconocido las grandes humillaciones que las élites que gobernaron nuestro país en el pasado cometieron en perjuicio de los pueblos originarios.

Además de ello, creó una serie de Planes de Justicia para resarcirles lo que injustamente se les ha quitado.

Este fin de semana, el Presidente de México cerrará una de sus últimas giras en nuestro estado de Sonora para terminar de resarcirle, a La tribu Yaqui, lo que históricamente le corresponde.

El Plan de Justicia, que ya les ha restituido cerca de 32,000 hectáreas de las que fueron injustamente despojados desde el año 1938, del siglo pasado, marca un hito sin precedentes en el tema de la restitución de territorios ocupados o despojados a nivel mundial.

No existen casos de restitución parecidos, más que el que la ONU hizo con los judíos para crear el Estado de Israel en 1942, también del siglo pasado. Sin embargo, la ONU lo hizo pasando sobre la voluntad del pueblo Palestino que históricamente ha ocupado esos territorios. El resultado es el tremendo genocidio que hoy enfrenta ese pueblo hermano, a manos de los militares y la élite política israelí, por reclamar los derechos que les corresponden.

No por algo el presidente de México es reconocido a nivel mundial como uno de los mejores. En México se acabó el poder de las élites en el gobierno, y nuestros militares son reconocidos por su gran labor social. Nosotros tenemos a un Presidente que, desde sus orígenes como dirigente social, entendió con claridad la trascendencia y destino de los pueblos que nos han dado la vida y el territorio.

¡Larga vida para Andrés Manuel López Obrador!

¡Larga vida a la Cuarta Transformación!

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