Por Alberto Angulo
Hoy nos encontramos en un momento de reflexión, un punto de inflexión en la historia de nuestro país.
A medida que nos despedimos de nuestro presidente saliente, queremos tomar un instante para reconocer su dedicación y esfuerzo.
Durante su mandato, enfrentó retos significativos, y su compromiso con el pueblo mexicano ha sido innegable. Ha sido un viaje lleno de desafíos, decisiones difíciles y experiencias compartidas que han dejado una huella en nuestra nación.
Agradecemos por los esfuerzos realizados en pro del bienestar social, la justicia y el desarrollo sustentable. Sabemos que no todo fue fácil, y que muchas decisiones no siempre fueron populares, pero en cada paso, su intención de construir un México más equitativo ha sido evidente.
Hoy le decimos adiós con respeto y gratitud, llevando con nosotros las lecciones aprendidas y la esperanza de que nuestro país siga avanzando.
Además, es un honor y un privilegio darle la bienvenida a nuestra nueva Presidenta. Éste es un momento histórico que nos llena de esperanza y expectativas. Su llegada representa un nuevo capítulo para México, lleno de promesas y oportunidades. Nos encontramos ante una mujer que no sólo ha demostrado su capacidad de liderazgo, sino también su compromiso con la inclusión, la justicia social y el fortalecimiento de nuestra democracia.
La tarea que enfrenta no es sencilla; el país espera con ansias cambios y soluciones a los problemas que todavía nos afectan. Sin embargo, confiamos en su visión y en su dedicación para guiarnos hacia un futuro mejor.
Cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en este proceso, y es fundamental que trabajemos juntos, con unidad y solidaridad, para hacer realidad las promesas que hoy nos inspiran.
En esta nueva etapa, celebremos la diversidad de opiniones y la búsqueda del diálogo constructivo. Que cada voz sea escuchada y que cada ciudadano se sienta parte activa de esta transformación.
Juntos, podemos construir un México donde todos tengan la oportunidad de prosperar y donde todas las voces, independientemente de su origen o condición, sean valoradas.
Con el corazón abierto y la mente dispuesta, comenzamos este nuevo viaje. A nuestro Presidente, gracias por su servicio. Y a nuestra Presidenta, le damos la bienvenida con esperanza y determinación.
¡Viva México!