Por María C. Valle
Cerrar ciclos duele. El último Informe, el último Grito y dentro de poco, la última Mañanera…
A 10 días para que finalice la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador es inevitable sentirse triste y con un nudo en la garganta. Es una pérdida, un proceso de duelo individual y colectivo.
“Si chillamos cuando tomó protesta, imagínate ahora que entregue la banda, ya sabrás. Son muchas emociones”, comentó una amiga cercana.
¡Y cómo no estar tristes, cómo no llorar, si es el Presidente que estábamos esperando desde hace mucho tiempo!
Hace seis años, el corazón de millones de mexicanos latía a mil por hora al conocer los resultados de la elección. “¡No les voy a fallar!”, dijo AMLO en su toma de posesión. Y lo cumplió.
En aquella ocasión fueron lágrimas de felicidad, en cambio ahora son de nostalgia, pero también de orgullo, por todo lo que este hombre hizo y por todo lo que nos deja: Su legado. Cierra su ciclo y se va como el mandatario mexicano más poderoso de todos los tiempos.
¡Claro que lo vamos a extrañar! AMLO nos acostumbró a verlo trabajar sin descanso: De lunes a viernes desde Palacio Nacional en Las Mañaneras informando y haciendo a su equipo rendir cuentas ante el pueblo de México. (Y en privado, una hora antes, encabezando las reuniones del Gabinete de Seguridad a las 6 am). Lo mismo sábado y domingo, en sus giras por el interior del País, con la máxima de que “Orden dada y no supervisada, no sirve para nada”.
Nos enseñó también cómo se siente tener un BUEN PRESIDENTE, así con mayúsculas. Andrés Manuel cumplió a cabalidad con sus promesas, y ya no hay marcha atrás. Por ningún motivo, queremos regresar a la pesadilla neoliberal que nos costó sangre, dolor y mucho sufrimiento.
Si el Universo nos debía algo por todo el daño que nos hicieron como Nación, la vida nos pagó con el triunfo de AMLO. Él representa el nacimiento de una Patria Nueva.
Nuestro querido Presidente se va, dejando muy bien cimentado el primer piso de la Cuarta Transformación. Misión cumplida. Y al pueblo de México sólo nos queda honrarlo y cumplir su legado, pero también exigir que se cumpla.
¡Gracias Presidente Andrés Manuel López Obrador!, ¡Gracias!
¡Hasta la victoria, siempre!
¡Viva la Cuarta Transformación!