Por Francisco Casanova
Esta famosa frase que se atribuye al filósofo y estadista Maquiavelo tendría como propósito conservar el poder político y económico a como dé lugar, sin importar absolutamente nada, ni siquiera que para lograrlo se dañe física y emocionalmente a una parte importante de la población o mínimo a uno o más individuos, hombres o mujeres.
Un ejemplo de ello, donde encuadra perfectamente esta frase, podría ser la matanza de jóvenes estudiantes deTlateloco ocurrida en 1968 en nuestro México del siglo pasado que significó un parte aguas en el ejercicio del poder político.
Otro ejemplo puede ser la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa ocurrida en pleno siglo XXI y que, desde hace 10 años a la fecha, sus padres no han podido encontrar sus restos. Vivos se los llevaron. Pero ya no se oye el Vivos los queremos.
Otro caso puede ser el cobarde asesinato del candidato sonorense Luis Donaldo Colosio en su campaña por la presidencia de la República en la convulsa y violenta época de Carlos Salinas, después de que, a través de sus certeras palabras y la orientación de sus discursos, seguía viendo un México con hambre y sed de justicia. O que ya era hora de que las finanzas nacionales se reflejarán en las finanzas familiares.
Esta manera de gobernar del PRI gobierno se consolidó más tarde con la increíble y sorprendente fusión del PRIAN en la época de Peña Nieto y la frase el fin justifica los medios operó al mismo tiempo para fortalecer lo mas corrupto del neoliberalismo privatizando prácticamente todo a su paso, como si el mercado realmente pudiera traer justicia al país. No lo fue. Y al contrario la injusticia se hizo una forma de vida que, con la decisión del pueblo y la conducción de AMLO se empezó a cambiar la historia hasta nuestros días.
El presidente Andrés Manuel López Obrador vino a demostrar que el ejercicio del poder no debe orientarse para amolar más al pueblo, sino para ayudarlo a levantarse y a organizarce y darle el lugar que merece en esta novedosa historia de transformación que ha llamado la atención de propios y extraños, en el país y en el extranjero a través del «humanismo mexicano». Además de que el gobierno de la transformación implica nunca más abusar ni perseguir a nadie y mucho menos reprimir al pueblo con el Ejército, como fue en los casos antes citados, puesto que la aplicación de la Ley es la que ahora manda y estamos en ese proceso. Caiga quien caiga. Así debe ser.
Por eso el gran presupuesto nacional se empezó a invertir a favor de todos, pero dando prioridad a los mas pobres. Y así seguirá con Claudia Sheinbaum quien fue aceptada por la población con 36 millones de votos para que mujeres y hombres en la plenitud de su creatividad y producción sigan creciendo formados en la justicia. Ahora México ya es pueblo feliz y muy consciente, dice AMLO. Y, aunque es un hecho que aún falta mucho por hacer, se sabe que ese es el camino correcto.
En ese sentido es bueno recordar que para Maquiavelo una República es preferible a una monarquía porque existen más genios entre los contemporáneos y mediante la diversidad de sus «voces prudentes», el gobierno y los ciudadanos viven mejor, pues se toman las mejores decisiones para facilidad de todos, que es la última finalidad de la política. Aunque debe decirse mejor que es la primera.
¡¡Ahí la llevamos, pues!!