Caprichos maliciosos

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Por Francisco Casanova

¿Qué se puede esperar de alguien que, en un gesto de honestidad y decencia al final de su campaña política, reconoció públicamente la victoria de Claudia Sheinbaum y del pueblo de México, y en menos de 24 horas se desdice a sí misma, tal y como lo acaba de hacer Xóchitl Gálvez, con la amenaza de impugnar las elecciones, obligada seguramente por Claudio X. para demostrar que no se manda sola?

Si la votación hubiera quedado muy cerrada entre una y otra candidata a la presidencia de la República, a lo mejor pudiera existir una razón sólida para impugnar la elección.

Pero, al contrario, no la hay. Xóchitl apenas logró 15 millones de votos por el PRIANPRD, y Claudia lleva más de 33 millones de votos por MORENA, el PT y el Verde. O sea una paliza.

Y la razón que alega Xóchitl de que fue una elección de Estado, se contradice también, porque las elecciones las organiza completamente el INE con el apoyo de los institutos estatales electorales, donde participaron miles de ciudadanos, al cuidado de las casillas, viviéndose en el país casi un orden completo.

Otro argumento acusatorio de la ex candidata es que el narcotráfico participó en las elecciones, basando sus argumentos en los asesinatos de hombres y mujeres que cayeron en campaña, así como el señalamiento de “narcopresidente” que difundió masivamente la derecha opositora y que al final nadie les creyó. Al contrario, se confío más en AMLO.

Es aquí donde la Suprema Corte de Justicia podría tomar el caso, pero los argumentos señalados resaltan como si fueran caprichos maliciosos. La gente sabe que AMLO es un político honesto y no un perverso político. Es decir, un auténtico demócrata que actúa en base a lo que quiere el pueblo.

Además, el pleno de la Suprema Corte de Justicia dirigió ayer una carta a Claudia Sheinbaum para felicitarla por su victoria y ofrecer un diálogo abierto y honesto, según se dio a conocer.

Es un hecho, pues, que en estas elecciones que se esperaban verdaderamente tensas, el pueblo se expresó con una victoria apabullante a favor de la Cuarta Transformación, de AMLO y de Claudia Sheinbaum.

Definitivamente se trata de un pueblo politizado por la Revolución de las Conciencias. Y políticamente, según el guinda que va adquiriendo el mapa electoral, los partidos simuladores ya van para afuera.

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