Por MC Susan Chico
El progreso constante de las mujeres será su preocupación.
Claudia Sheinbaum, la primera mujer Presidenta, electa en 200 años de la historia de México, apareció en escena este 2 de junio para confirmar el triunfo de la mayoría de las mexicanas y mexicanos que la favorecieron con su voto en esta “histórica jornada electoral, con la que se demostró que México es un país democrático, con elecciones pacíficas y muy participativas”.
De acuerdo con los resultados preliminares que dio a conocer el Instituto Nacional Electoral, la diferencia para la Presidencia de la República entre MORENA y su más cercana competidora, fue de más de 30 puntos, lo que la coloca como virtual ganadora de las elecciones presidenciales de este 2024.
Celebramos que Claudia Sheinbaum ocupe este honroso y bien ganado lugar, por su formación académica, intelectual y partidaria, por su desempeño y por la plena consciencia que tiene del papel que juega en la historia, porque seguramente impactará la vida cotidiana de millones de mujeres que ahora pueden ser visibles y estar en el primer plano.
Seguramente se romperán los llamados “techos de cristal” que han impedido culturalmente el desarrollo pleno de las mujeres en México, porque Claudia Sheinbaum se ha comprometido a cambiarlo todo. Porque no llega sola a este alto encargo popular, llega acompañada metafórica y virtualmente “con nuestras heroínas que nos dieron patria, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”. Y ésta es una verdadera transformación.
En su discurso agradeció la generosidad del pueblo mexicano que desde temprana hora asistió a votar y reconoció que vivimos en un México plural, diverso, y democrático. Reconoció que el disenso forma parte de la democracia, y “nuestro deber es y será siempre velar por cada una y cada uno de los mexicanos sin distingos”.
Calificó a Andrés Manuel López Obrador como un hombre excepcional que transformó la historia de nuestro país y reafirmó que va a seguir por este camino “Vamos a ampliar el acceso a los derechos del pueblo de México, a la educación, a la salud, a la vivienda, a la cultura. Es decir, a seguir construyendo un verdadero estado de bienestar”, ahora tomando la estafeta del segundo nivel de la Transformación.
Están por escribirse nuevas líneas que den cuenta de realidades esperadas por la mayoría del pueblo mexicano que acudió a votar con la expectativa de más transformación.