Por Jesús Antonio Ceceña Guevara
La 4T se suscribe en la ola progresista de América Latina que se debate entre avances y repliegues, un claro ejemplo de lo dialéctica que resulta la historia, quedan tareas pendientes por concretar y que el gobierno de López Obrador no va a alcanzar a realizar. Salud y Educación son las más inmediatas; en este rubro, concretamente los que laboramos en el nivel medio superior lo notamos en el deterioro de la infraestructura básica de las escuelas y en nuestros ingresos, como consecuencia de la política privatizadora del modelo neoliberal, esto lo terminó por reconocer el propio Presidente al final de La Mañanera del 20 de diciembre del 2023.
Igualmente lo es la cobertura en Salud y Seguridad Social, cerca del 55% de la PEA se encuentra en el sector informal lo que los deja en vulnerabilidad en caso de enfermedad e incapacidad laboral parcial o permanente, así como la posibilidad de contar con una pensión digna; así mismo tenemos la atomización de las distintas instituciones que seguridad social que impiden que haya una verdadera universalización de un sistema de seguridad social.
Adicionalmente tenemos una población que está envejeciendo y no existen propuestas a mediano y largo plazo que atiendan este tema como un problema de salud pública, ya no podemos dejar en manos de la familia la atención de los adultos mayores; a manera de descargo, debemos de reconocer que el gobierno de López Obrador tuvo que priorizar el enfrentar la pandemia del Covid-19, lo que absorbió grandes cantidades de recursos humanos y materiales lo que frenó la consolidación de un sistema de salud similar al de los países escandinavos, como era el deseo del mandatario.
Otro tema es el de la Vivienda, la codicia y la carencia de una auténtica política nacional de vivienda solo favoreció la corrupción inmobiliaria y trajo por consecuencia la edificación de viviendas que no favorecen la armonía familiar, como quedó evidente durante el encierro provocado por la pandemia, ni resultan sustentables con el medio ambiente, al estar muchas de ellas retiradas de los centros urbanos y construidas con materiales inadecuados, lo que provoca que se gaste mucha energía para climatizarlas y sus mismos costos de edificación sean elevados. Además de que las políticas neoliberales en materia de vivienda sólo provocaron que para las nuevas generaciones resulte más difícil acceder a una vivienda digna hoy en día, ésta es también una tarea que tiene que encarar la próxima administración.
El gobierno de López Obrador se enfocó en atender lo urgente, lo inmediato, como abatir las grandes desigualdades generadas por el neoliberalismo, combatir la corrupción galopante y poner freno al saqueo y despilfarro que veníamos sufriendo con los gobiernos anteriores, sentar las bases para una transformación que aún no concluye y que es necesaria profundizar para concretizar un verdadero Estado de Bienestar que supere el asistencialismo, los rezagos históricos y las grandes desigualdades provocadas por un modelo que resultó adverso y que vuelva realidad lo que Morelos plasmó hace 212 años en “Los Sentimientos de la Nación”.