Por Francisco Casanova
Los ataques desproporcionados que arrecian y se intensifican en estos días de campañas, previos a las elecciones, por parte de la derecha, al presidente López Obrador, se estrellan y se desvanecen ante una realidad que transforma el sentido de la justicia en México, al ponerse el Poder Ejecutivo, en los hechos y por derecho, al lado de los pobres y de las libertades.
Y, en ese sentido, ha aumentado tanto la democracia en 5 años, que la disidencia al proyecto de la 4T puede gozar por completo de la libertad de expresión, como acaba de suceder en su marcha del día de ayer que bien podría calificarse como un éxito, si se evitarán tantos insultos.
Bien se recordará que antes la justicia funcionaba del lado de los poderosos y esa aberrante y abusiva situación por demás documentada ha ido cambiando radicalmente.
Hoy el presupuesto público es para todos, especialmente para los que menos tienen y que, durante mucho tiempo fueron excluidos de la prosperidad. A los que protestaban se les cerraban las puertas, no los veo ni los oigo se decía, o se les perseguía o torturaba, cuando no les iba peor.
Y hay que ver hasta dónde hemos cambiado en un gobierno realmente democrático como el de AMLO.
Es increíble que una casta que llegó al poder político en la época neoliberal se haya puesto a trabajar descaradamente en sus ambiciones a favor de la injusticia y la manipulación, imponiendo rudos criterios de aparente progreso, pero que en realidad eran una farsa. Fue la época de Salinas de Gortari que se distinguió por los asesinatos políticos y, entre estos, el más impactante para el país resultó ser el de Luis Donaldo Colosio que, ha estas alturas, se puede calificar como la peor cobardía cometida con disparos a mansalva en aquella lucha por el poder.
Fue en esa época cuando empezó a crecer el narcotráfico que se desarrolló de manera violenta y descarnada. Y todo ello poniendo en práctica formas tan corruptas de gobernar a favor de unos cuantos, impidiendo el avance de la vida democrática que se exigía, hasta que el pueblo se hartó y mandó al basurero de la historia a todo grupo de poder político corrupto que lo humillaba. Y ese es precisamente el encontronazo entre dos proyectos políticos de Nación que ahora de manera abierta se encuentran escribiendo la nueva historia de México, en su conexión con el mundo: Transformación o retroceso.
Y la experiencia de hoy es una intensa transformación política y de reformas legales a favor de la justicia que ya nadie puede parar.
Porque a pesar de las mentiras que se digan o se inventen por parte del grupo minoritario que culpa perversamente al Presidente de todo los males habidos y por haber, en su loco afán de regresar al poder a base de engaños y truculencias, como las vertidas ayer en el Zócalo, ya nadie podrá echar abajo los triunfos a favor de los pobres en el país, ni la estabilidad económica que, con honestidad, fue iniciada por AMLO.
Y algún día, cada vez más cercano, se tendrá que imponer la justicia para todos, porque simple y sencillamente ya entramos a ese ancho camino