Por Héctor Apolinar
La designación de Clara Brugada como coordinadora de los comités de defensa de la Cuarta Transformación en la Ciudad de México, es un gran reto para la ex alcaldesa de Iztapalapa, pues deberá convencer al electorado de su capacidad para conducir la ciudad.
Se le ha criticado que a pesar de que quedó atrás de Omar García Harfuch en la encuesta del Partido Morena, se le nombró coordinadora en razón de género para argumentar que su designación fue inmerecida.
Es cierto que quedó atrás en la encuesta. Sin embargo, las críticas no toman en cuenta que viene de gobernar una de las zonas pobres de mayoría popular y más pobladas de la ciudad, características que no llaman la atención de la “opinión pública”, precisamente por eso, por ser pobre y de mayoría popular.
En el censo de población y vivienda realizado por el INEGI en 2020 registró una población de 1 835 486 habitantes, lo que la convierte en la segunda demarcación más poblada de todo el país, abajo de Tijuana. (Wikipedia)
Es por esas condiciones que se incrementa la dificultad de gobernarla e impulsarla hacia el bienestar de su población. La dificultad es mayor cuando la pobreza tiene muchas décadas, incluso, siglos.
De acuerdo al informe de CONEVAL 2020, sobre los municipios con mayor población en pobreza en el país, Iztapalapa se encuentra en la tercera posición con 772 mil 584 personas en situación de pobreza; y ocupa el mismo lugar entre los municipios con mayor cantidad de personas en pobreza extrema, con 115 mil 470.
De hecho, si lo analizamos, zonas de la ciudad de México, como Iztapalapa, Iztacalco o Azcapotzalco, entre otras de mayoría popular, no están en el foco de la radio y la televisión. Esas zonas están excluidas de la “opinión pública” de las elites de la Ciudad de México.
Por ese motivo, el trabajo de Clara Brugada no era conocido ampliamente, lo que explica, en parte, porque no salió mejor posicionada en la encuesta.
Si Clara Brugada hubiera gobernado una alcaldía como la Cuauhtémoc hubiera estado en el ojo de la opinión pública no solo de la ciudad sino del país.
Si Clara Brugada hubiera gobernado con base al escándalo y la publicidad como lo hace Sandra (Chanel) Cuevas en la Cuauhtémoc, tal vez hubiera salido más alta en la encuesta.
Pero preguntemos: ¿por qué Iztapalapa es de mayoría pobre? Veamos este informe:
“Iztapalapa recibió las olas inmigratorias provenientes del resto del país, incluido el centro de Ciudad de México. Esta situación se acentuó en la década de 1960 con el auge económico del país y en la década de 1980 después del terremoto de 1985”.
“Los recién llegados se establecieron en tierras que se habían dedicado al cultivo hasta entonces, incluidas las chinampas de sus pueblos originarios”.
“En los nuevos barrios populares ocurrió un importante fenómeno de organización civil, muy notable en el caso de las colonias de la sierra de Santa Catarina y el sur de San Lorenzo Tezonco”.
Iztapalapa es, pues, una alcaldía que está en el origen mismo de la capital de la república desde tiempos prehispánicos. Es fundacional, junto con otras poblaciones como Tlatelolco, Texcoco o Azcapotzalco.
Hasta la conquista española de Tenochtitlán, Iztapalapa fue gobernada nada menos que por Cuitláhuac, hermano de Moctezuma.
Ese dato nos da nos indica la importancia que tenía esa ciudad para los mexicanos de entonces.
“A la muerte de este, Cuitláhuac asumió el mando de los mexicas y logró derrotar a los españoles en la Noche Triste. Después de la derrota de México-Tenochtitlan, la antigua Iztapalapa fue destruida”. (Wikipedia)
Honremos a Iztapalapa, no la denigremos, criticando a Clara Brugada por haber gobernado una alcaldía tan importante social y económicamente para la Ciudad de México, pero que quedó rezagada desde que fue destruida por los conquistadores.
Sin embargo, con toda propiedad podemos decir: “de Iztapalapa, de México para el mundo”.
Apoyemos a Clara Brugada para que sea una gobernante digna de su antecesora y de sus antecesores, con el fin de que la maravillosa Ciudad de México siga mejorando, como lo ha hecho estos años, para bien de los mexicanos que también hemos contribuido y vivido su desarrollo y construcción.