Por Francisco Casanova
En su calidad de militante de Morena, el gobernador Alfonso Durazo acaba de participar en un proceso político histórico que ha puesto a México en la antesala de la continuidad de políticas públicas que han dado bienestar a los más pobres del país, desde hace 5 años.
Durazo dirigió como presidente del Consejo Político Nacional de este partido apoyado por otro sonorense, el intelectual Álvaro Bracamonte, un proceso que culminó en la selección de la candidata a la Presidencia, Claudia Sheinbaum, tal y como lo dictaron todas las encuestas en un largo camino.
Antes de estos 5 años de apoyo a los más pobres, impulsado por AMLO, México vivió la siniestra y truculenta etapa del neoliberalismo mexicano, en el que el sector más amplio de la población significó siempre un cero a la izquierda, mientras la clase pudiente, los ricos pues, gozaban de lo lindo de todos los privilegios que les daba el gobierno.
En Sonora esto ocurrió en la época de Beltrones, de López Nogales, Eduardo Bours, de Padrés y Claudia Pavlovich, – 4 del PRI y uno del PAN- con gobiernos de manipulación, injustos, irresponsables y mediocres, hasta que después de 30 años la era de AMLO impulsó la llegada de Alfonso Durazo a la gubernatura, arrollando al PRIAN en las elecciones. Y en este momento Morena cuenta ya a nivel nacional con 23 gubernaturas, de las 32 en el país, que siguen reaccionando contra el hartazgo uniéndose a la Cuarta Transformación.
De lo que se trata es que ya no exista un gobierno rico y un pueblo pobre. Y en ese aspecto el gobierno de AMLO ya sacó a 9 millones de mexicanos de la pobreza, según cifras del INEGI y del Consejo Nacional de Evaluación, Coneval.
La llegada de Claudia Sheinbaum como Coordinadora de los Comités de Lucha de la Cuarta Transformación en el País, es un fiel reflejo de la realidad política mexicana de los últimos dos años, pues ella siempre fue puntera en las encuestas privadas y esto se reflejó nítidamente en la encuesta madre y en los 4 encuestas espejo para seleccionar al candidato o candidata, cuyas casas encuestadoras los mismos 5 participantes escogieron. Pero además, la proporción con las encuestas anteriores realizadas durante dos años fue la misma de la ya definitiva: 39 para Claudia y 28 para Ebrard, lo cual significa que la conducción del proceso fue impecable.
Ciertamente los dos punteros en la contienda de Morena se veían ya como el próximo candidato o candidata y muy probablemente como presidente de México, pero eso no debería ser motivo para romper con el alto valor del movimiento transformador que está llevando pacíficamente a la sociedad mexicana, a vivir y desarrollarse en la democracia y en la justicia. Y por ello, la noticia del próximo lunes que dará Ebrard respecto a su postura política perfectamente bien meditada, será histórica y trascende