Por Francisco Casanova
La privatización silenciosa puesta en marcha por años en el ISSSTE dejó al instituto sin capacidad ni autonomía para brindar una correcta atención a las y los derechohabientes. Y por ello el servicio que proporcionaba era a través de subrogaciones médicas por parte de consultorios privados.
Lo anterior lo dio a conocer la secretaria de seguridad pública, Rosa Ícela Rodríguez, en la Mañanera de los martes, cuando el presidente AMLO aborda el tema de cómo va la Salud en el país y en los 32 estados de la República.
Fue en el 2007 cuando los propios directivos del ISSSTE comenzaron a aplicar la privatización de los servicios de salud para favorecer a empresas que, mediante actos de corrupción se beneficiaron con contratos por aproximadamente 254, 000 millones de pesos en todo el sector salud. Y de esa cantidad, más de 88,000 millones de pesos correspondieron a contratos celebrados con el ISSSTE.
Lo más indignante es que los dueños de las empresas privadas eran funcionarios públicos, políticos y prestanombres, señaló la secretaria de Seguridad.
Y como consecuencia de la corrupción generalizada qué existía en el Instituto, además del negocio redondo que tenían las empresas privadas, había una mala administración del inventario de farmacias y fue causa del robo hormiga de medicamentos, por eso la población no recibía sus medicinas de manera completa, denunció Rosa Ícela Rodríguez.
Ahora, hay que ver si estos actos de corrupción que ha afectado tanto a la sociedad, aun merecen denuncias penales y cárcel para los responsables y la recuperación de bienes.
Por lo pronto el sistema de salud pública en el estado de Sonora avanza notablemente, con más de 100 consultorios perfectamente bien equipados para atender a la población. Y lo mismo sucede en el nuevo Hospital de Especialidades donde se atiende a toda la gente que no cuenta con seguridad social que es la mayoría. Y, como dice el gobernador Durazo:
«Sin que suene la registradora».
Es decir, completamente gratis. Y eso sí es Salud Pública.