Los libros de texto gratuitos y el 2024

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Por Jesús Ceceña Guevara

Desde que se elaboraron por primera vez los libros de texto gratuitos en 1960, a iniciativa de la maestra Eva Sámano, esposa de López Mateos, han sufrido la hostilidad por parte de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), grupo conservador ligado a sectores económicos poderosos con nexos con el Yunque y la Unión Sinarquista, al igual que hoy, desde aquellos años se les acusó de que eran para adoctrinar a los niños y para hacer de México un país comunista.

A principios de los 70 se incluyó en los libros de texto la educación sexual que consistía tan solo en una breve explicación de la biología del cuerpo masculino y femenino, en esa ocasión fueron también señalados por parte de esas organizaciones, de fomentar el libertinaje en niños y adolescentes; por lo tanto, no es de sorprender de que vuelvan a sus viejas andadas. La novedad es que ahora encuentran eco en los medios de comunicación tradicionales que anteriormente se abstenían de hacer señalamientos directos debido a los fuertes compromisos que tenían con los regímenes de aquellos años y si llegaban a hacer cuestionamientos a los libros de texto era con el objetivo de recibir beneficios económicos o políticos.

Si comparamos el tiempo que tienen los libros de texto gratuitos en la vida cotidiana de cada uno de los educandos, es muy breve a diferencia de otros medios que resultan más sutiles y efectivos en su penetración ideológica, sin embargo, los representantes de los grandes medios de comunicación no cuestionan la información que nos llega través de la televisión y las películas de Hollywood porque sus contenidos sirven a sus mismos intereses.

La realidad es que detrás de la campaña contra los libros de texto gratuitos está un interés propagandístico con cara al 2024, ya que ante los resultados favorables en materia económica dados a conocer recientemente por el gobierno de López Obrador, como son la estabilidad cambiaria y la reducción de la desigualdad social, contrario a lo esperado por la oposición, esta última apela al conservadurismo más añejo, saca del baúl de la guerra fría la empolvada capa de la amenaza del comunismo, queriendo así neutralizar la capacidad de análisis de los mexicanos, apostando al voto del miedo, como lo han hecho en otras ocasiones.

Es seguro que los libros deben de tener errores de diversa índole, desde fe de erratas hasta didácticos y procedimentales, que quizás muchos de sus contenidos no se puedan realizar, pero para eso está el trabajo de los docentes para adecuar los temas al contexto y nivel de sus educandos y es casi seguro que de su trabajo en el aula con los libros de texto y de la participación de los padres de familia se hará una retroalimentación que servirá para corregirlos y mejorarlos, y no de los opiniones que salgan de comentaristas de televisión y políticos de dudosa reputación.

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