Por Carlos Aispuro Pineda
Hoy a mediados de julio del 2023 en el campo deportivo de mi colonia reflexiono sobre el ser parte de esta historia en la periferia de la ciudad, años olvidada por los gobiernos del capitalismo salvaje donde los políticos acartonados del PRIAN se tomaban las fotos con el niño pobre y chorreado por la miseria como propaganda, donde se besaba al desvalido para ganar simpatías con las clases marginadas.
Sí, aquí donde la justicia social eran migajas que repartían los líderes afiliados al partido de Estado, donde no importa tu color de piel, sólo tus condiciones materiales. Aquí la vida siempre fue difícil, ese rollo de: ser pobre por qué quieres, échale ganas y serás millonario, levántate temprano trabaja duro y verás que llegarás a ser Azcárraga o Slim, sólo fueron quimeras catalizadoras de la ira popular. Los Bours, los Fernández, los Gándara, no son de aquí y no entienden al pueblo, para ellos únicamente somos posible mano de obra barata, para incrementar su riqueza.
Aquí, hoy se vive la esperanza de tener un representante que a diario lucha por los derechos de los más vulnerables.
Hoy, como no sucedía en años, la máxima autoridad de la nación habla un lenguaje sencillo y comunica de manera honesta y simple su prioridad: el pueblo. Ese pueblo olvidado, utilizado, mancillado, reprimido. Por primera vez se siente representado en muchos años por el gobierno que eligió y desde la tribuna más alta de la nación se escucha su voz.
En este julio del 2023, hay esperanza, hay amor, se construye el bienestar.
Lo que nunca en la historia, las decisiones gubernamentales no se toman desde Washington. La soberanía es algo tangible en nuestra historia, el presidente defiende al país antes los embates imperialistas de Estados Unidos de una manera inteligente. Sin embargo, debemos estar listos para dar la batalla mediática y participar en esta revolución de las conciencias, el pueblo que respalda a este movimiento de transformación deberá estar atento y listo para la defensa.
Es tiempo del pueblo. Todo con el pueblo, porque sin él no hay nada.
Demos, Pueblo.
Kratos, Poder.
Estamos viviendo en el México democrático por el que tanto hemos luchado y que ahora con la Cuarta Transformación es una realidad. Ni un paso atrás.