Por Héctor Rodríguez
Hay gestos, hay afectos que se expresan en los momentos menos pensados.
Eran poco más de las dos de la tarde y el presidente se alejaba después de saludar al último asistente al evento en territorio Yaqui. Su cansancio era poco más que evidente y se alejó de la valla. En un acto reflejo volteó y se encontró con el Delegado Jorge Taddei Bringas. El presidente no lo pensó dos veces, se regresó y saludándolo le dijo –Me da mucho gusto verte-. Tomó la mano del delgado entre las suyas y volvió a repetir efusivamente –me da muchísimo gusto verte-. –Muchas gracias- le contestó el Delegado Taddei.
El presidente miró cálidamente a quien en Sonora aterrizó la gran estrategia de Bienestar hace cinco años, beneficiando a más de 480 mil ciudadanos con igual número de apoyos.
Fue un silencio breve, un gesto de profundo agradecimiento a quien con gran sentido de honestidad y decoro ha hecho posible que el pueblo de Sonora reciba los programas prioritarios del gobierno federal.
El presidente sonrió, se dio la vuelta y entre el canto incesante de las chicharas que presagian lluvia, levantó nuevamente la mano.
Fue una despedida que en diciembre tiene regreso.