Por Martín Vélez
El fenómeno Xóchitl, le han dado en llamar a la cargada mediática que se desató, después de que el presidente AMLO anunciara que el pequeño grupo que decide en la oposición y que encabeza Claudio X. González Jr. se había decidido por la senadora del PAN Xóchitl Gálvez para que sea la candidata de la derecha a la presidencia de la república.
Lo primero que hay que resaltar es que no fallaron los pronósticos de quienes afirmaban que el dedo de Andrés Manuel destaparía la corcholata que disputaría la presidencia de la república. Lo que nadie esperaba es que el corcho destapado fuera precisamente el de la derecha organizada en los partidos conservadores. Sorpresas te da la vida, le dirían al matón Pedro Navajas, cuando en la calle aquella mujer sacó de su bolso la 38 Smith & Wesson, de la especial, “que cargaba encima para que la librara de todo mal”.
Pero el fenómeno ha provocado una ola de entusiasmo en las filas conservadoras. Varios de quienes habían anunciado intención por disputar la candidatura de la derecha han arriado sus velas y declinado en favor del fenómeno. Otros dicen que el suelo ya no está tan parejo y mejor dicen “ahí se ven”. Otros presionan a MC para que también incline su bandera, en el frente que pretende rescatar a la patria, o rescatar para ellos los recursos que aún se le pueden exprimir a la patria.
El entusiasmo cunde y de pronto la alicaída derecha da muestras de valentía y coraje en sus expresiones públicas. Hasta Santiago Creel descubrió que la emoción existe. Algunos de ellos señalan el tremendo error de principiante que cometió el presidente al generar la ola que los une. Tremendo error, dicen… a menos que no sea error. Porque la ola que los une genera varios efectos inmediatos en el lado de la 4T. Veamos.
Primero. Les recuerda a los equipos de los aspirantes de la 4T que no estamos solos, que el adversario no está entre nosotros, sino enfrente. Ahora esos aspirantes ya no están solos en la conversación pública, por lo que su discurso tiene que atender la contradicción principal de la contienda política actual.
Segundo. Advierte a los actores internos del movimiento de transformación que la contradicción principal actual se da entre dos proyectos: El proyecto de transformación de la 4T vs. el programa neoliberal de los partidos conservadores, el que, por cierto, su actualización correrá a cargo de José Ángel Gurría, el Angel de la Dependencia, uno de los jinetes del apocalipsis salinista, por si a alguien le quedaba alguna duda de que la intención conservadora es girar en reversa la rueda de la historia.
Tercero. Hace patente que la unidad del movimiento es un bien NECESARIO para continuar con el proceso de transformación de la vida pública de México. La unidad no es un lujo accesorio, sino un bien que debemos cuidar para que el pueblo de México continúe en la ruta desarrollo económico, social y político que inició a partir del triunfo de 2018, que posteriormente se ha ratificado con los mandatos populares en la gran mayoría de los estados.
Como podemos ver, el fenómeno nos une a todos.