Los soñadores, indispensables para cambiar el mundo

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Por Carlos Aispuro Pineda

En 2006 los soñadores vivíamos de esperanza y teníamos al fin un representante nuestro que ganaría la máxima autoridad de México. Algo inaudito: un hombre pobre, moreno, marginado, era la esperanza de que la voz colectiva –que nunca se había escuchado—por fin tendría eco y retumbaría en los rincones de nuestra patria.

Los olvidados más de 500 años, los descendientes de Cuauhtémoc, por fin llegarían a tomar decisiones sobre su futuro. Y todo apuntaba a que el triunfo era irreversible.

No obstante, el sueño terminó en decepción.

El aparato gubernamental orquestó un fraude electoral, sin importar las consecuencias. Los potentados impusieron a un presidente espurio –Felipe Calderón Hinojosa– que bañó de sangre el país para tratar de generar legitimidad.

Un capítulo oscuro en la historia de nuestra nación.

Muchos jóvenes murieron por esta guerra de reivindicación de las élites. Había una gran decepción de la política; la población se sentía defraudada por un sistema oligárquico que no tomaba en cuenta a las mayorías olvidadas e ignoradas.

Sin embargo, los soñadores –acostumbrados a la luchar– estaban al pie del cañón, diseñando la estrategia de su próxima batalla, fue duro y sobrevimos con amor , con utopía, con resiliencia, con lucha combativa.

Los soñadores, necios, marginados, son parte indispensable de la revolución de las conciencias.

El pasado 1 julio se cumplieron 5 años del triunfo del movimiento de la Cuarta Transformación, liderado por un ser excepcional –de ésos que no se dan en siglos: Andrés Manuel López Obrador.

Recuerdo que ese día no pude dormir. Me apunté como representante de casilla y no me importaba si me pagaban o no yo solo quería servir al cambio y representar a un hombre en el cual millones tenían puestas sus ilusiones de un México justo, democrático, incluyente y equitativo.

La resistencia del régimen fue brutal, compra de votos, campañas de odio, robo descarado de urnas, medios de comunicación publicando noticias falsas para favorecer al candidato del Prian. Toda una estructura gubernamental, económica y mediática para imponer de manera autoritaria al representante de los poderes fácticos, de la oligarquía.

Los soñadores seguían en su trabajo, acostumbrados a las adversidades, necios, insistentes, locos, amorosos, incansables, tratando de cambiar la historia. Ahí estuve junto a ellos. Recuerdo esa tarde de julio del 2018 cuando en las noticias vespertinas los conductores de televisa anunciaban el triunfo de Obrador.

Fue una combinación de felicidad y esperanza.

El sueño de millones de mexicanos que lucharon por un México de igualdad, democrático, justo. humano y con énfasis en los marginados se cumplió. Por fin tendrían un representante que abogaría por ellos. Los ideales de José María Morelos y Pavón en sus Sentimientos de la Nación, de Benito Juárez en sus Leyes de Reforma, de los Flores Magón y su Regeneración, por fin estarían plasmados en las páginas de la historia.

Este 1 de julio de 2023 caminé junto a miles de soñadores por las calles de la Ciudad de México rumbo al Zócalo Capitalino para refrendar nuestro apoyo a la esperanza. Íbamos los mismos, el pueblo, los soñadores, los locos, con el pecho henchido de orgullo y el corazón palpitante.

Todo era sonrisas, baile, alegría. Miles de almas gritando al unísono: “Pueblo, pueblo, pueblo, pueblo…”

Somos pueblo y somos la fuerza para continuar la transformación de México.

Y ahí, mientras caminábamos hacia el corazón del país, recordé el lema de los zapatistas: “Somos un ejército de soñadores, por eso somos invencibles”.

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