El presidente constitucional de este país, Andrés Manuel López Obrador, ha honrado recientemente la memoria del gran dirigente de las izquierdas, Arnoldo Martínez Verdugo. Con el traslado de sus restos póstumos a la rotonda de los hombres ilustres, no solamente se le reconoce el espacio en el que siempre debió de haber estado, sino que además se empieza a reelaborar y reescribir la historia de aquellos dirigentes que empeñaron su vida y obra para construir una patria al alcance de todos.
Don Arnoldo, con esa visión excepcional que lo caracterizó, supo abrir los caminos para unificar a las izquierdas Mexicanas y hacer que el país transitara sin dogmas, hacia una modernidad en la que hoy nos reconocemos plenamente con La Cuarta transformación.
En ese gran esfuerzo nacional por reencontrarnos, las regiones tienen que hacer su propio inventario con lo mejor de las mujeres y hombres que han y están constribuyendo a redibujar la historia política de nuestra geografía nacional.
En Sonora, uno de esos personajes es sin duda el gran gran dirigente y líder Yaqui, Silverio Jaime León, quién partió en plena pandemia de covid-19, hace dos años.
Silverio Jaime León ha sido un personaje fundamental, sin el cual, la historia contemporánea de Los Yaquis no se puede entender.
Maestro de oficio, Silverio participó desde muy joven en las grandes luchas que los Yaquis libraron contra décadas de malos gobiernos Prianistas y en especial en la etapa neoliberal, donde los gobiernos tradicionales de la etnia enfrentaron y protagonizaron una lucha sin cuartel contra gobernadores, funcionarios y presidentes que representaron los más rapaz de ese modelo. Desde luego es harto conocida la historia de divisionismos político, rentismo, despojo del territorio, tierras, aguas y recursos naturales que han contribuido al enorme rezago social existente en las comunidades Yaquis.
Esa enorme visión de lucha, las aspiraciones y demandas del Pueblo Yaqui, el Profe Silverio supo entenderla en las distintas etapas y momentos que le tocó vivir: como maestro comunitario; como líder en las luchas paralelas con todos los grupos indígenas del país; como funcionario en el ámbito de la educación o en el del primer Plan de Desarrollo de la Etnia (PATYCY) y, desde luego, en el diseño, concreción y acciones del Plan de Justicia para la Tribu, que actualmente se encuentra en marcha.
Sin la participación de Silverio Jaime León, la concreción del Plan Integral decretado por el presidente de la república para hacerle justicia a La Tribu, nunca se hubiera llevado a cabo.
La respuesta que el gobierno emanado de La Cuarta transformación está dando a las grandes demandas y reivindicaciones en materia de agua, territorio, salud, educación, empleo, apoyos sociales y otras, nunca hubieran sido posibles, si el dirigente Yaqui Silverio Jaime León, no hubiera entendido el gran momento histórico que viven su etnia y nuestra nación.
Como dijera otro amigo muy querido, “la vida nos queda a deber muchas pláticas con Silverio, sus testimonios, su inspiración. En la tierra que hierve al sol, descansa guerrero, descansa en tu cultura. Ve tranquilo, así nomás”.