La inflación ha regresado con más celeridad, ha aumentado con más fuerza y ha demostrado ser más obstinada y persistente de lo que creían posible los agentes económicos en un principio.
Hay entre los especialistas dos tipos de argumentos respecto del desempeño de las economías, desde que empezó la pandemia de COVID‑19. El primero es que la recuperación económica ha sido sorprendentemente rápida, superando todos los pronósticos, lo que la diferencia de las que siguieron a recesiones anteriores. Ello incrementaría la demanda de la sociedad, y con ello el aumento de precios de los bienes y servicios. La inflación es generada por la demanda.
El segundo argumento es que los últimos picos de inflación se deben a fenómenos inesperados en el lado de la oferta, entre ellos problemas en las cadenas de suministro como la escasez de semiconductores, demoras en el regreso de las personas al mercado laboral, conflicto bélico Ucrania -Rusia y la persistencia del virus. La inflación es generada por la oferta.
Tras las causas de un vertiginoso aumento de los precios de todo tipo de servicios, se encuentra en gran medida la pandemia del coronavirus y las medidas que los gobiernos de muchos países tomaron para hacerle frente, como una mayor emisión de dinero y una reducción de tasas de interés para incentivar el consumo entre los ciudadanos.
Todo ello tuvo consecuencias. Cuando se produjo la reactivación económica, había muchos ciudadanos con dinero en sus bolsillos, pero poca oferta en los negocios y comercios, algo que se debió a su vez a las dificultades en las cadenas de suministro y a la falta de componentes como chips, que se han convertido en un dolor de cabeza para fabricantes de autos y empresas tecnológicas.
Otro de los factores que ha marcado el alza de precios es el alto costo de los combustibles, que tras tocar mínimos históricos en la pandemia, con la reactivación de la economía ha tenido nuevos picos. Unos precios que todavía se han disparado aún más con el estallido de la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, tercer productor de petróleo a nivel mundial.
En una economía de mercado gobernada al menos en parte por las leyes de la oferta y la demanda, uno espera que la escasez de productos se refleje en los precios. Y cuando los aumentos de precios de bienes se agrupan lo llamamos inflación, que hoy está en niveles que no se habían visto durante muchos años. Así, los Estados Unidos registró una inflación anual de 8.3%, en México fue de 7.7%, para la Zona Euro fue de 7.4%, y 6.7 por ciento en Canadá.
En México, el repunte de la inflación se ha convertido en uno de los temas centrales de la coyuntura, al alcanzar los niveles más elevados en dos décadas, de 7.68% para la inflación general.
Ruta del presidente
Ello explica porque la Secretaría de Economía publicó este lunes el decreto por el cual se exenta de arancel a la importación de 21 productos de la canasta básica y 6 insumos estratégicos, tal como se anunció el pasado 4 de mayo en el plan contra la inflación del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La política de los aranceles cero a la importación de productos básicos o insumos, seguramente tendrá un impacto en la reducción de los precios en el muy corto plazo. El efecto de la política de arancel cero será el incremento en la oferta de bienes y servicios.
El Gobierno de López Obrador pretende atajar la escalada de inflación de la canasta básica a nivel nacional, con más oferta de granos y facilidades a la importación de fertilizantes durante los próximos seis meses.
La Secretaria de Hacienda ha presentado un plan, en conjunto con el sector privado, para aumentar la producción de maíz, frijol y arroz, con el que busca frenar el aumento de precios que se ha observado desde inicios de año y se ha catalizado por la ofensiva rusa en Ucrania. Hacienda prevé, con esta iniciativa, producir hasta 4,8 millones de toneladas más de granos en el país. El objetivo es que se conforme una canasta básica justa para los sectores más desprotegidos del país.
Ruta del modelo neoliberal
Sin embargo, para otros analistas las políticas adecuadas serían a través de la política monetaria.
“Si bien es necesario apoyar sobre todo a los hogares de más bajos ingresos, la dinámica de la inflación responde principalmente a las medidas de política monetaria en el horizonte de tiempo apropiado”.
Otros especialistas, más ortodoxos aún, plantean que el tema es complicado sin embargo se debería haber implementado un amplio programa de desregularización económica y plantean que:
“A través de la desregularización se puede motivar la competencia y ése es el mejor antídoto para que no haya presiones inflacionarias en el mediano plazo”.
Por otra parte, el Gobierno de México ha buscado reducir la inflación utilizando medidas poco tradicionales, como es el Paquete contra la Inflación y la Carestía que busca mandar señales y con ello estabilizar el precio de 24 productos de la canasta, y como lo señalamos párrafos arriba diseñar diversas medidas, reducir costos y aumentar la oferta de ciertos productos y con ello controlar la inflación. La ruta planteada por el presidente López Obrador, a diferencia de las recetas tradicionales de los neoliberales, permite ayudar a las familias que menos ingresos tienen y mantener los niveles de bienestar.