Qué falta de seriedad

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Todos los analistas serios que estudian los acontecimientos de las últimas semanas en México, nos hacen ver que el presidente López Obrador y su proyecto se encuentran en problemas bastante serios.

Analizando seriamente los datos resultantes del histórico ejercicio de consulta para la Revocación de Mandato, nos comentan la caída abrupta en el arrastre electoral del presidente, pues, dicen, el presidente ha perdido 15 millones de votantes fieles. Este contundente dato resulta de restar, a los 30 millones de votos de 2018, los 15 millones que se obtuvieron a su favor en la consulta revocatoria reciente.

Con gesto serio, casi adusto, los analistas serios escudriñan la reciente derrota del presidente en el proceso que resultó en rechazo de su propuesta de reforma energética. La oposición se unió en un solo bloque y logró hacer prevalecer las consecuencias de la reforma energética aprobada bajo los auspicios del Pacto por México, en el sexenio de Peña, pacto fundacional de lo que hoy es la alianza Va Por México, PRIANRD.

Tremenda derrota del presidente y de Morena, y gran triunfo de la oposición, que se presenta, unida toda, mostrando el camino que se debe seguir si se quiere derrotar a la Cuarta Transformación y revertir sus resultados.

Sonríen los analistas serios. Algunos muestran hasta entusiasmo al ver, al fin, cumplidos sus pronósticos, pues tienen años anunciando la inminente caída del lopezobradorismo en el ánimo popular. El viejo pronóstico por fin se cumple. ¡Houston, we have a serious problem!, dicen en las filas de Morena.

Sin embargo, algo pasa con los análisis de los analistas serios. A pesar de la profusa difusión de sus análisis y comentarios, en medios masivos y redes sociales, parece que la gente no se da por enterada. Las encuestas coinciden en señalar que la aprobación del presidente ha subido, después de que su Reforma Energética fue rechazada por la oposición unida. Muestran las encuestas, también, que la mayoría de los mexicanos están a favor de la propuesta reformadora del presidente. Quizá esto se deba a que los análisis son demasiado serios, y los mexicanos no lo somos tanto, como que nos gusta más el cotorreo y la pachanga que la helada seriedad de los análisis.

La aprobación social del presidente y su proyecto sí que es un problema serio. En las próximas semanas se renovarán los gobiernos en seis estados de la república. Las encuestas indican que Morena ganará al menos cuatro de esas seis gubernaturas. El PRI, poderosa aplanadora apenas ayer, perderá la mitad de sus entidades gobernadas. El PAN perderá al menos uno de sus gobiernos en juego. Para estar derrotado y en declive, el proyecto político encabezado por Andrés Manuel López Obrador luce bastante saludable. Algunos en el PRIANRD podrían decir que si Pirro viviera, con ellos estuviera.

En unas cuantas semanas, el PRI estará gobernando en sólo dos estados. Serio, frío dato que escapa de los análisis serios. El dato brutal de la caída en la capacidad política del partido que gobernó México apenas hace tres años, se acompaña de otro dato en extremo serio: la aprobación social del PAN, partido cabeza de la alianza conservadora, ronda cifras de un solo dígito. ¡Madrid, eztamos en problemaz, coño! Lo dicho: a los mexicanos nos falta seriedad y compostura. No se explica de otro modo que, mientras los analistas serios relatan la caída del presidente, y una tras otra recuentan sus derrotas, los datos, ya en pleno cotorreo, nos cuenten una historia distinta. Qué falta de seriedad, dirá el profesor Jirafales.

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